Según ha explicado la ESC, los hombres con hipertensión tienen el doble de probabilidades de tener disfunción eréctil que aquellos con presión arterial normal. La disfunción eréctil se considera principalmente un trastorno de las arterias pequeñas, que pierden la capacidad de dilatarse y aumentar el flujo, si bien la disminución de los niveles de testosterona en la mediana edad contribuye a su aparición. Investigaciones anteriores han demostrado que el estado físico está relacionado con una mejor supervivencia en hombres con hipertensión, mientras que la Dieta Mediterránea reduce la presión arterial y previene ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares en personas con alto riesgo cardiovascular. Este estudio evaluó la adherencia a la Dieta Mediterránea en hombres de mediana edad con hipertensión arterial y disfunción eréctil. Cabe recordar que este patrón alimentario se basa en el consumo de frutas, verduras, cereales integrales y aceite de oliva, un consumo modesto de productos lácteos y la limitación de las carnes rojas. Posteriormente, los investigadores examinaron si los hábitos dietéticos estaban relacionados con el estado físico, los niveles de testosterona, el flujo sanguíneo, la rigidez arterial y el rendimiento eréctil. El estudio incluyó a 250 hombres con presión arterial alta y disfunción eréctil, con una edad media de 56 años. El consumo de Dieta Mediterránea se evaluó mediante un cuestionario y los participantes recibieron una puntuación de 0 a 55, donde los valores más altos indicaban una mayor adherencia. La capacidad de ejercicio se evaluó a través de una prueba en cinta de correr y se midió la testosterona en muestras de sangre tomadas antes de las 09:00 de la mañana. En cuanto a la salud vascular, se realizó una ecocardiografía para evaluar la reserva de flujo coronario, lo que indica la capacidad de aumentar el flujo sanguíneo cuando es necesario. Los valores de 2 o más se consideran normales y apuntan a una mejor función vascular. Los investigadores examinaron la rigidez arterial utilizando dos medidas: índice de aumento y presión del pulso central. Los valores más altos indican arterias más rígidas, que se asocian con un mayor riesgo de eventos cardíacos adversos en hombres con disfunción eréctil. La gravedad de la disfunción eréctil se evaluó mediante el Inventario de Salud Sexual para Hombres (SHIM), que utiliza cinco preguntas sobre la capacidad eréctil para asignar una puntuación de 0 a 25, donde los valores más altos se correlacionan con un mejor rendimiento eréctil. Así, los investigadores encontraron que los hombres con una puntuación de Dieta Mediterránea más alta (por encima de 29) también tenían una mayor reserva de flujo coronario y testosterona, un mejor rendimiento eréctil (puntuación de SHIM por encima de 14) y una rigidez arterial más baja. Cuando se analizaron las relaciones según el estado físico, los investigadores encontraron que los pacientes con mayor capacidad de ejercicio tenían mayor reserva de flujo coronario, testosterona, puntuación de Dieta Mediterránea (superior a 25) y puntuación de SHIM (superior a 12), y menor puntuación en rigidez arterial. El autor del estudio, Athanasios Angelis, de la Universidad de Atenas (Grecia), ha resaltado que “en nuestro estudio, consumir una Dieta Mediterránea se vinculó con una mejor capacidad de ejercicio, arterias y flujo sanguíneo más saludables, niveles más altos de testosterona y mejor rendimiento eréctil. Si bien no examinamos los mecanismos, parece plausible que este patrón dietético pueda mejorar el estado físico y el rendimiento eréctil al mejorar la función de los vasos sanguíneos y limitar la caída de testosterona que ocurre en la mediana edad". "Los hallazgos sugieren que la Dieta Mediterránea podría desempeñar un papel en el mantenimiento de varios parámetros de la salud vascular y la calidad de vida y en hombres de mediana edad con hipertensión y disfunción eréctil”, ha concluido.