El secretario general de la Federación Española de Industriales Fabricantes de Aceite de Oliva (Infaoliva), Enrique Delgado, ha criticado el reciente informe de la Comisión Nacional de la Competencia (CNC) sobre la propuesta de la Interprofesional del Aceite de Oliva Español para la retirada de aceite lampante para crear un “stock estratégico”, como ha apuntado el propio Delgado, que es “muy importante” para el sector, “aunque no se haya dicho aún abiertamente”, según explica a <i>Mercacei</i>. El objetivo de la medida, tal y como detalla, es “estabilizar los precios para nosotros y también para el consumidor”.<br /><br />Por su parte, AEMO critica en un artículo el rechazo de la medida por parte de la Comisión Nacional de la Competencia y asegura que “vuelve a demostrar su desconocimiento e insensibilidad hacia el sector oleícola impidiendo una regulación propia de excedentes acordada por todos los actores de la Interprofesional que lo único que pretende evitar es la ruina absoluta”. En cualquier caso, adjuntamos de forma íntegra y literal el texto de AEMO, más abajo.<br /><br />El Secretario de Infaoliva ya había explicado al portal Besana que el producto “puede morir de éxito” si no se autorizan mecanismos de retirada para configurar "stocks estratégicos" que garanticen los suministros a los mercados en los próximos años. “Era la solución en la que trabajaba el sector como alternativa al almacenamiento privado, puesto que Bruselas es reticente a autorizarlo o lo hace cuando ya se ha comercializado el aceite y, por tanto, no repercute en el alza de precios en origen, por debajo de costes de producción ahora, según aseguran los agricultores”, explica la citada fuente.<br /><br />En esta misma línea, Delgado expone que la cosecha está aún pendiente del cielo, y “desde abril no ha caído una gota”, por lo que es necesario “hacer algo si no llueve, ya precedentes de otras campañas ya auguran las posibles consecuencias negativas para el sector, dejando la cosecha mermada “en un país acostumbrado a sequías cíclicas cada cuatro o cinco años”, y que está abriendo mercados en el exterior. “Si no llegamos a cubrir toda la demanda, ¿qué le decimos a los mercados? ¿qué estamos en sequía”, apunta Delgado. En resumen, se trataría de organizar los suministros para evitar posibles carestías de materia prima en el futuro, después del “esfuerzo brutal” realizado por España en promoción para ganar nuevos clientes.<br /><br />Así, tal y como explica Delgado, si no hubiera “materia prima suficiente” podrían dispararse los precios en próximos ejercicios “hasta los 700 ó 800 de las antiguas pesetas por litro (entre 4,2 y 4,81 euros) como ya sucedió en momentos del pasado”.<br /><br />En declaraciones al portal Besana, además, ha asegurado que respecto al almacenamiento privado, es necesario que se “active un nuevo proceso para retirar una parte de la producción que serviría para recuperar los precios ante <i>el drama</i> que suponen liquidaciones a los olivareros a unos precios extremadamente bajos, de 1,60 ó 1,65 euros/kilo actualmente”.<br /><br />Delgado ha recordado que todo el sector está expectante ante la reordenación del nuevo Ministerio de Agricultura para urgir que presione a las instituciones comunitarias en este sentido.<br /><br /><b>Artículo íntegro de AEMO</b> <br />“La incompetencia de Competencia pone al sector oleícola español entre la espada y la pared y sólo nos deja dos alternativas: o cerramos por dentro las puertas de las bodegas hoy, o cerraremos por fuera las puertas de las almazaras mañana<br />La Comisión Nacional de la Competencia vuelve a demostrar su desconocimiento e insensibilidad hacia el Sector oleícola impidiendo una regulación propia de excedentes acordada por todos los actores de la Interprofesional que lo único que pretende evitar es la ruina absoluta. Los precios en origen sufren un nuevo desplome ante el nuevo traspié y los compradores se frotan las manos, congelando operaciones cerradas, a la espera de una nueva y sangrante bajada hacia el infierno. Ha llegado la hora de cerrar las bodegas durante un tiempo porque lo que no se le puede negar a nadie es que evite seguir perdiendo dinero por cada kilo de aceite vendido, ¿o también?<br /><br />La situación es ya insostenible en este momento, se nos podría calificar de alarmistas al escribir esto pero, sinceramente, pensamos que nos podemos estar quedando cortos porque la realidad es aún más grave de lo que pueda llegar a expresarse con unos párrafos.<br /><br />A día de hoy se estaban negando compras de virgen extra a 1.74 €/Kg. (290 pesetas), o de lampantes a 1.53 €/Kg. (255 pesetas)… y les sigue pareciendo mucho a los que compran que, tras esta noticia, han llegado a congelar operaciones ya pactadas. Estamos ante el suelo más bajo que podríamos imaginar, o mejor dicho, simplemente no hay suelo y la presión de los compradores no parece tener fin… ¿aspirarán a descender hasta el precio del girasol?, quizás habría que preguntárselo para saber dónde está, según ellos, la resistencia a la baja.<br /><br />A la vista de la situación ya sólo vemos una solución: cerrar a cal y canto las bodegas de las almazaras durante un mes, porque no perder dinero es un derecho de todos los españoles.<br /><br />Sabemos las dificultades que esto generaría y es que, ante la falta de financiación y cash, los agricultores tienen que vender, lo sabemos, pero treinta días se podrán aguantar porque llevamos soportando más de tres años en pérdidas y la verdad es que deberíamos todos asistir ante la situación que se generaría con un plante del sector de una vez por todas. ¿Seremos capaces?, señores ya sólo tenemos una bala y no podemos errar el tiro.<br /><br />El documento que ha sido tumbado una vez más por Competencia (o inCompetencia según se mire) sólo pretendía retirar los aceites lampantes y de peor calidad en el supuesto de que se demostrara que existían excedentes por encima de la demanda con números sobre la mesa, pero no… tampoco les vale así.<br /><br />Opinamos que si no se permite regular un derecho como éste habrá que hacerlo de frente y negarse a vender en pérdidas, simplemente porque el producto es nuestro y ninguna comisión puede negar a un administrado defender el precio de su producto para no generar más pérdidas en su casa y poder comer cada día.<br /><br />A Competencia hay que explicarle algo que debe intentar comprender, se trata de un concepto y vamos a intentarlo. Cuando estudiábamos en la escuela de ingenieros había una asignatura llamada “programación lineal”. En síntesis la programación lineal es un procedimiento matemático que trata de optimizar una ecuación, con varias variables, sujeta a una serie de restricciones. Y esto es aplicable al mercado del aceite.<br /><br />Vamos a ver, partimos de que Competencia (y Facua por extensión) pretende minimizar el precio del aceite para el bien de los consumidores porque según apunta en su informe desaconsejan la medida ya que “supondría un aumento de precio para el consumidor”. Luego la función a minimizar es el precio del aceite, y dicho esto si no ponemos restricciones el problema tiene una fácil y rápida solución “0 €/litro”.<br /><br />Así pues habrá que poner restricciones a esa ecuación y nos preguntamos: ¿No sería absolutamente racional que la primera sea que el productor no pierda dinero?. Es decir optimicemos el precio para aumentar el consumo, de acuerdo, hagamos que el consumidor gaste lo menos posible, de acuerdo, pero comprendan que el olivicultor también es un administrado y no puede seguir en pérdidas porque si no estamos rompiendo la baraja. Por tanto fijar un precio mínimo no es ninguna perversión, no va en contra de nadie, no supone ninguna transgresión de la ley, siempre y cuando lo único que pretenda es retribuir justamente el trabajo de quien genera el bien, al agricultor en este caso.<br /><br />En un intento de hacer comprender mejor esta explicación vamos a poner un ejemplo ajeno al sector oleícola. Los señores de la Comisión Nacional de la Competencia cobran un sueldo (dinero) por su trabajo (recurso). Pues bien ese montante sale de las arcas del estado que aportamos, por supuesto, todos los administrados que también somos consumidores. Si pretendemos “optimizar” nuestras aportaciones y minimizar nuestro gasto, como consumidores, y no pusiéramos restricciones en este capítulo, lo óptimo sería que el sueldo de los señores de la competencia fuera el mínimo, y si apuramos cero. Pero claro existen restricciones y es que estos señores, como todos los seres humanos, tienen que comer cada día, por tanto a nadie se le ocurriría reducir el sueldo sin suelo conocido aunque supusiera una ventaja para los consumidores. ¿Se comprende mejor ahora?<br /><br />Y extrapolando este último razonamiento a los productores de aceite de oliva que también tienen familia que alimentar, factura de la luz, hipotecas de su casa, colegios de los niños o universidades de los mayores y para poder afrontar todo esto necesitan, al menos, dejar de perder dinero con su actividad.<br /><br />Lo dicho sólo los agricultores saben lo que vale su producto y si no se paga un precio justo por él ni nos dejan regularlo racionalmente, cerremos las puertas de las bodegas hoy porque en caso contrario tendremos que cerrar la puerta principal de las almazaras mañana.<br /><br />No queremos concluir sin señalar que el informe de competencia no es vinculante y que, en última instancia, la decisión depende del gobierno, del nuevo gobierno al que se le presenta una buena oportunidad de entrar cogiendo el toro por los cuernos en la plaza de los olivareros españoles”.<br /><br /><i>Para más información, pueden suscribirse a nuestro Newsletter Semanal impreso "Mercacei" y/o al Club Mercacei en el <a href="seccion/151/alta/">Club Mercacei.</a></i>