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Un compuesto del aceite de oliva previene la inflamación crónica asociada a ciertos tumores

Un compuesto del aceite de oliva previene la inflamación crónica asociada a ciertos tumores

jueves 16 de julio de 2015, 13:37h

17/03/2015 - El ácido maslínico, presente en el aceite de oliva virgen, podría tener efectos beneficiosos en la células del sistema inmune denominadas macrófagos, implicadas en la respuesta inflamatoria que se produce en ciertos tipos de cáncer. Así lo ha demostrado un estudio realizado por investigadores del grupo de Inmunobiología Tumoral de la Universidad de Jaén (UJA), que ha analizado los efectos de este compuesto.

Estudios anteriores demuestran que la inflamación crónica de baja intensidad está en la base de muchas patologías como el cáncer. De ahí que los expertos de la UJA partieran de la idea de poder inhibir el proceso inflamatorio crónico entendiendo el funcionamiento de las células que coordinan este proceso, los macrófagos, y estudiaran, por primera vez, la incidencia positiva del ácido maslínico sobre ellos. “Estas células sintetizan citoquinas, sustancias involucradas en la coordinación de la respuesta inmunitaria. Si establecemos un símil entre el sistema inmunitario y un ejército, vemos que cada soldado no puede combatir de forma aislada. Ellas son el nexo de unión entre el grupo que les indica por dónde atacar a los agentes extraños”, explica el responsable del proyecto e investigador de la UJA, José Juan Gaforio, según recoge Fundación Descubre en un comunicado.

Los investigadores jiennenses son expertos en el análisis de componentes presentes en cantidades pequeñas en los aceites de oliva vírgenes y que cuentan con propiedades saludables. Por ello, querían comprobar el efecto de ciertos compuestos extraídos de esta grasa vegetal sobre los procesos inflamatorios.

Los macrófagos se dividen en dos tipos; por un lado, los macrófagos M1, que son capaces de eliminar patógenos e inhibir tumores, es decir, se encargan de que la patología se cure lo antes posible; y, por otro, los macrófagos M2, que favorecen los procesos inflamatorios crónicos y la creación de nuevos capilares que podrían alimentar a las células tumorales. “Esta capacidad resulta fundamental, por ejemplo, para que una herida se cierre. Sin embargo, en células de cáncer provocan efectos adversos como la generación de nuevos tejidos tumorales. De esta forma, en procesos inflamatorios crónicos, lo interesante es potenciar los M1 e inhibir la acción de los M2. Eso es justo lo que hace el ácido maslínico”, asegura Gaforio.

De esta forma, en su estudio “Maslinic Acid Enhances Signals for the Recruitment of Macrophages and Their Differentiation to M1 State” publicado en la revista Evidence-Based Complementary and Alternative Medicine, los investigadores concluyen que el ácido maslínico cuenta con una acción beneficiosa en la inflamación asociada al cáncer. Esto se debe a que tiene un efecto llamada para que los macrófagos M1 acudan a la zona afectada y controlen el proceso inflamatorio mediante la creación de citoquinas, que son las moléculas coordinadoras del ejército que supone el sistema inmune. “Nuestros resultados muestran que pueden controlar la inflamación crónica  que representa una etapa crucial en el desarrollo de ciertos tipos de cáncer”, incide el investigador.

 

Ensayos en líneas celulares

Los investigadores han obtenido sus conclusiones mediante el empleo de modelos experimentales celulares, concretamente, macrófagos humanos. “Diferenciamos esas células incubándolas con una sustancia que logra que se transformen en lo más parecido a los macrófagos humanos. Sobre éstas añadimos el ácido maslínico y comprobamos su acción. Con cada compuesto del aceite preparamos una batería de experimentos con cantidades diferentes y comprobamos en qué líneas celulares son más efectivos”, relata el científico de la UJA.

El equipo de investigadores que ha llevado a cabo el trabajo está centrado en el análisis de los componentes minoritarios del aceite de oliva virgen. Un conjunto con más de 250 compuestos, de los cuales “algunos se han estudiado mucho pero que, en general, resultan muy desconocidos, según el experto”. “Nosotros los seleccionamos y analizamos de forma individual qué efecto tienen, ya que, a largo plazo, pretendemos elaborar una ficha de estos componentes y sus efectos sobre el cáncer”, adelanta.

Otro trabajo reciente del mismo grupo de investigación, titulado ‘The differential localization of a methyl group confers a different anti-breast cancer activity to two triterpenes present in olives’ y publicado en Food and Function también demuestra cómo dos de los compuestos minoritarios, el uvaol y eritrodiol, presentan diferentes efectos en las células normales y de cáncer de mama, a pesar de tener una mínima diferencia estructural, lo que provoca que el primero proteja contra el daño al ADN en ambas líneas celulares, mientras que eritrodiol lo aumenta, promoviendo la muerte de las células tumorales.

Ambos estudios, que ponen de manifiesto cómo la alimentación incide de forma directa en los mecanismos biológicos del organismo, se enmarcan dentro del proyecto de excelencia ‘Caracterización de propiedades biosaludables de los principales componentes minoritarios del aceite de oliva (AOV). Potencial aplicación para el desarrollo de AOV con propiedades singulares’, financiado por la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo de la Junta de Andalucía.

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