Un Mediterráneo sin dieta

Mientras que en el Mediterráneo meridional siguen luchando contra la subalimentación, muchos países de la región se enfrentan cada vez más a la obesidad y el sobrepeso, de la mano de grandes cadenas de comida rápida. El problema es también la falta de conocimiento: saber cocinar un pescado y unas legumbres, saber comprar... “Todo esto es una parte muy importante de la Dieta Mediterránea”, asegura el informe, que ha contado con las vivencias de consumidores y comerciantes de los mercados madrileños más importantes. “No se cocina igual, se nota que vendemos muchos bollos, por ejemplo. Y de carne, vendemos muchos más filetes que productos para guisar”, aseguran Ángel y Manolo, del mercado de Antón Martín. Esta tendencia es, cuando menos, curiosa, ahora que nuestras televisiones se ven inundadas por contenidos reservados para la gastronomía. Top Chef, MasterChef, Canal Cocina... ¡Y hasta los niños parecen saber cocinar mejor que sus padres! Puede que sea la de ahora la generación perdida entre la que vivió verdaderamente la Dieta Mediterránea y la que puede recuperarla, gracias a este (bendito) interés mostrado por la audiencia de estos programas televisivos. Pero no es simplemente una cuestión de salud para los humanos, pues su consumo, además, preserva la naturaleza. El enfoque de la Dieta Mediterránea en el aceite de oliva, cereales, verduras y legumbres, y un consumo moderado de pescado y carne, se asocia con una vida larga y saludable. Debido a que se basa en gran parte en hortalizas, esta dieta tiene relativamente escaso impacto en el medio ambiente, requiriendo menos recursos naturales que la producción animal. Nuestro país aporta a este estilo de vida trigo, centeno, azúcar, aceite de oliva, el cerdo, la gallina, legumbres, naranjas y limones. Aunque, sin duda, el rey es el zumo de aceitunas. Porque más allá del hedonismo que implica su consumo, sus componentes aportan un plus que lo convierte en el producto más saludable del mundo per se. Decía el historiador francés Fernand Braudel: “Viajar por el Mediterráneo es encontrarse el mundo romano en el Líbano, la prehistoria en Cerdeña, las ciudades griegas en Sicilia, la presencia árabe en España”. ¿Podría seguir adelante el Mediterráneo sin su dieta? No queramos averiguarlo.

Un Mediterráneo sin dieta

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