¿Peeerdona?

Bajo el lema “¿Peeerdona?”, la campaña apuesta por la frescura y el descaro para transmitir un mensaje muy claro a la sociedad: los aceites de oliva son una joya de nuestra gastronomía, y como tal tenemos que disfrutarlos, pero también cuidarlos. Así queda plasmado en una campaña de concienciación que combina información y humor, según ha destacado la organización. Para ello, cuenta con la actriz Rossy de Palma, el chef Diego Guerrero y el periodista gastronómico Mikel López Iturriaga (El Comidista) como prescriptores de lujo. Como todos sabemos, desde el año 2014 los establecimientos del canal Horeca tienen la obligación de presentar los aceites de oliva a sus clientes en las salas, debidamente etiquetados y en envases dotados de un tapón antirellenado o en formato monodosis, de tal forma que se garantice que el producto corresponda con el que aparece recogido en la etiqueta del envase. Una medida que asegura que las propiedades de los aceites de oliva y su calidad llegan intactas al consumidor. Bien, rebobinemos un momento. Resulta que no “todos” lo sabemos. Es más, resulta que el 86,2% de los consumidores no conoce el contenido de la norma sobre presentación de los aceites de oliva en salas de hostelería. ¿No se lo creen? Pues esta afirmación es parte de las conclusiones de un estudio cuantitativo que la Interprofesional del Aceite de Oliva Español encargó a la empresa demoscópica Madison sobre la implantación y conocimiento de la medida tanto por consumidores como por profesionales de la restauración. Asimismo, el 55,3% de los consumidores encuestados señala que les han servido el aceite de oliva en un envase ajustado a la norma en todas las últimas comidas realizadas en un establecimiento del sector de la hostelería y la restauración. Parece un porcentaje elevado si no fuese porque invirtiéndolo descubrimos que el 49,7% restante habría formulado una respuesta negativa a esta norma. Es decir, tras tres años aplicando esta normativa, resulta que la mitad de los establecimientos de hostelería podría estar intentando evadirla. Quién no ha ido a un bar en este periodo de tiempo y ha observado las aceiteras en la barra, algunas de ellas con ajos, guindillas y especias, bajo la burda excusa de que son salsas... Lo peor de esta situación es la sensación de déjà vu, de que el consumidor vuelve a estar desinformado, una vez más. A partir de ahora, si no nos ofrecen un AOVE perfectamente envasado y etiquetado debemos dedicar al camarero un buen ¿Peeerdona?, subirlo a las redes sociales y sacarles los colores hasta que se tornen verde oliva.

¿Peeerdona?

Mercacei Semanal 1.033