Así, la FPCO ha precisado que cada elemento del nuevo diseño cuenta una historia de transformación y crecimiento.
Según ha detallado, el color ocre representa la excelencia y calidad de un producto tan singular como el aceite de oliva, mientras que las diferentes tonalidades de color verde simbolizan su origen, su conexión con la tierra y la autenticidad del proceso de producción.
A su vez, los trazos que componen la nueva imagen corporativa transmiten, a su juicio, la sencillez y elegancia de un producto artesanal como el aceite de oliva.
La Fundación Patrimonio Comunal Olivarero ha recordado que es una entidad sin ánimo de lucro que brinda un servicio de almacenamiento de aceite de oliva y que tiene como fines fundacionales la puesta en marcha de proyectos y actuaciones que redunden en un beneficio y mejora del sector olivarero.