El SII es una afección crónica común que causa síntomas debilitantes como calambres estomacales, hinchazón, diarrea y estreñimiento. Afecta a entre el 10 y el 15% de la población mundial y los pacientes suelen tener dificultades para encontrar alivio a través de la dieta, recurriendo a menudo a planes complejos y muy restrictivos, según el centro docente británico.
Hasta ahora, el tratamiento de primera línea para el SII se ha basado en consejos dietéticos tradicionales. Esto incluye limitar el consumo de alimentos grasos, picantes y procesados, así como de bebidas con cafeína o gaseosas, y evitar saltarse comidas, además de recomendaciones generales para una alimentación saludable, como consumir una variedad de frutas y verduras, cereales integrales, proteínas magras y lácteos.
Si esto no funciona, a menudo se prescribe a los pacientes la dieta baja en FODMAP. Si bien esta dieta puede reducir significativamente los síntomas del SII, conlleva posibles inconvenientes, como deficiencias nutricionales, menor diversidad de la microbiota intestinal y dificultades para mantenerla a largo plazo; por lo tanto, se requiere orientación profesional y una reintroducción cuidadosa de los alimentos.
Sin embargo, este nuevo estudio publicado en la revista Annals of Internal Medicine, un ensayo clínico aleatorizado en el que participaron 139 personas con SII de todo Reino Unido, demuestra que la Dieta Mediterránea es una opción de primera línea eficaz y práctica.
Ek doctor Imran Aziz, profesor titular de Gastroenterología en la Universidad de Sheffield, ha afirmado que “para millones de personas en todo el mundo, los síntomas del SII pueden afectar gravemente su vida diaria. Nuestro estudio proporciona evidencia sólida de que la Dieta Mediterránea puede ser un primer paso sencillo, agradable y muy eficaz para controlar esta afección común”.
“Se trata de una gran noticia porque significa que los pacientes pueden adoptar un patrón de alimentación saludable y ampliamente aceptado que ofrece un alivio superior sin necesidad de la carga inmediata de una dieta altamente restrictiva como la dieta baja en FODMAP”, ha explicado Aziz.
El estudio de seis semanas, realizado en colaboración con Sheffield Teaching Hospitals NHS Foundation Trust y otros centros del NHS del Reino Unido, comparó la Dieta Mediterránea con los consejos dietéticos tradicionales.
Los resultados mostraron que el 62% de las personas que seguían la Dieta Mediterránea reportaron una mejora significativa en sus síntomas del SII, en comparación con sólo el 42% de quienes seguían las recomendaciones dietéticas tradicionales (RDT).
En promedio, quienes seguían la Dieta Mediterránea reportaron una mejora significativa en sus síntomas del SII en comparación con el grupo de RDT.
Según Aziz, “utilizar la Dieta Mediterránea como tratamiento inicial también podría simplificar la atención tanto para los pacientes como para los profesionales sanitarios. Estos hallazgos servirán de base para las futuras guías clínicas sobre el manejo del SII”.