Ya lo decía Don Vito Corleone: “Los italianos piensan que el mundo es tan duro que hace falta tener dos padres, por eso todos tienen un padrino”. Eso ha debido de inspirar al grupo de jóvenes emprendedores que ha puesto en marcha la campaña Apadrina un olivo, una iniciativa social que combina desarrollo rural y nuevas tecnologías para la recuperación de un olivar centenario abandonado en el municipio de Oliete (Teruel).