A la fase final del concurso accedieron cinco ejemplares seleccionados por su estética, porte y majestuosidad por los dos técnicos responsables, uno de la empresa Viveros Provedo y otro de la Atria de UCAM, que se sometieron al criterio del jurado.
Así, el elegido en 2014 como Mejor Olivo Monumental de la Comunidad de Madrid es El Perdigocho de la Cárcava, un olivo de aproximadamente 300 años de edad, una altura de 3 metros, perímetro de 7,10 m. y tres pies situado en el municipio de Morata de Tajuña, con una producción media de 50 kilos anuales. Se trata de uno de los escasos ejemplares que se mantuvieron en pie tras la Guerra Civil, en la que se libraron batallas a apenas dos kilómetros del paraje y por cuyo camino aledaño pasaban las tropas combatientes. Los soldados hacían leña de los viejos olivos mediante la colocación de una granada en la base de los árboles, pero El Perdigocho de la Cárcava -heredado de sus bisabuelos por los actuales propietarios- fue de los pocos olivares que se salvó de la quema.