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Eryn Balch (NAOOA): 'Una amplia mayoría de consumidores estadounidenses desconoce que España es el mayor productor de aceite de oliva del mundo'

Eryn Balch (NAOOA): "Una amplia mayoría de consumidores estadounidenses desconoce que España es el mayor productor de aceite de oliva del mundo"

Por Pandora Peñamil Peñafiel
martes 28 de junio de 2016, 09:36h

23/06/2016 - Desde 1989, la North American Olive Oil Association (NAOOA), una asociación integrada por comercializadores, envasadores e importadores de aceite de oliva en Estados Unidos, Canadá y sus respectivos proveedores en el extranjero, se esfuerza por fomentar una mejor comprensión del aceite de oliva, así como sus beneficios para la salud y su uso en la cocina. Su vicepresidenta, Eryn Balch, convencida de que el gran fallo del sector del AOVE es la comunicación de mensajes contradictorios y confusos al consumidor, lejos de tirar la toalla, se muestra decidida a apostar por el marketing directo: la mejor promoción es un buen ataque. Publicamos un extracto de la entrevista realizada en Mercacei Magazine 87.

Para los productores españoles, EEUU es un mercado estratégico para el posicionamiento y la comercialización de sus AOVEs. ¿Cual es, en tu opinión, la percepción y el conocimiento del consumidor americano sobre los zumos españoles?

Una amplia mayoría de consumidores estadounidenses desconoce que España es el mayor productor de aceite de oliva del mundo. Nosotros, desde la NAOOA, compartimos con regularidad información sobre el sector relativa a la producción y el consumo, intentando animar a los consumidores a apreciar el aceite de oliva y, sobre todo, a descubrir los AOVEs de todo el mundo. Una buena analogía para que los consumidores comprendan lo que es el virgen extra consiste en compararlo con el vino, buscar las similitudes que comparte con este producto en cuanto a la gama de sabores, los métodos de cosecha y de producción y, por supuesto, su origen. Tanto compradores, como cocineros y consumidores están empezando a entender ahora este concepto y a explorar las muchas opciones disponibles. 

En tu opinión, ¿qué deberían hacer los productores españoles para que sus AOVEs triunfen en EEUU?

El consumo de aceite de oliva en América del Norte está todavía en el entorno de 1 litro per cápita al año. Los proveedores de este sector tienen la gran oportunidad de ofrecer sus servicios a un amplio segmento de usuarios, de entre los que destaca una mayoría que utiliza principalmente aceites de semillas o aceites vegetales para cocinar; y otra minoría, más experimentada, que emplea diferentes aceites de oliva en casa y los utiliza según su acompañamiento.

En primer lugar, la industria oleícola necesita promover mensajes consistentes sobre los beneficios saludables y la versatilidad que aporta el aceite de oliva en comparación con los aceites de semillas y vegetales, con el fin de que podamos fomentar un uso frecuente de este producto. Una vez que este mensaje haya calado en la mente del consumidor, los productores tienen la responsabilidad de promocionar los atributos y perfiles únicos de cada uno de sus AOVEs. Cada vez son más los consumidores que demandan información acerca de dónde provienen los alimentos que compran, su elaboración y trazabilidad y los productores deben aprovechar este momento como una oportunidad única de llegar a ellos y ser capaces de contarles su historia y enamorarles con ella.

En un país donde una parte importante de la población rinde culto a la salud, al bienestar y a la forma física... ¿qué grado de conocimiento consideras que tiene el consumidor norteamericano sobre los beneficios y bondades del aceite de oliva virgen extra?

La ciencia ha demostrado una y otra vez a los consumidores norteamericanos que el aceite de oliva, y especialmente el AOVE, es un producto saludable. Se han promocionado todo tipo de estudios que demuestran los beneficios del consumo de aceite de oliva y demás alimentos de la Dieta Mediterránea, que han sido muy bien recibidos por la población. Además, en 2004 la Food and Drug Administration (FDA) aprobó la petición de la NAOOA de reconocer los efectos cardiosaludables del aceite de oliva, permitiendo que en su etiquetado apareciese un mensaje en el que se indicase su potencial papel preventivo de enfermedades coronarias. En aquel momento, las ventas de aceite de oliva tocaron techo, alcanzando el pico más alto de los últimos 20 años, cuando cerca de dos tercios de los consumidores estadounidenses compraban aceite de oliva y el tercio restante compraba virgen extra. Con el tiempo, estos datos se han invertido y hoy en día alrededor de dos tercios de las ventas de grasa en EEUU son de AOVE.

Por desgracia, todos los avances logrados con los consumidores de América del Norte se han estancado y el consumo ha comenzado a remitir en los últimos cinco años, con la proliferación de noticias sobre los supuestos aceites de oliva “falsos” o “fraudulentos” en los lineales. Los consumidores pueden ser conscientes de que el aceite de oliva es saludable, pero si también tienen la percepción de que el que se les está vendiendo es “falso”, muchos, directamente, van a dejar de comprarlo y se van a pasar a otras grasas. Y esto, lamentablemente, ha ocurrido en varios Estados. 

Siempre se ha comentado que España era un productor de cantidad e Italia de calidad. Sin embargo, en los últimos años las cifras de exportación de aceite de oliva envasado españolas y los premios internacionales han originado que esta situación haya dado un vuelco radical. ¿Cómo percibes la realidad actual de ambos países? 

Parece que la producción de aceite de oliva y la experiencia en el proceso de elaboración, así como la tecnología empleada, han avanzado más en los últimos 10-15 años de lo que lo hicieron en cientos de años antes, independientemente del país productor del que estemos hablando. Al igual que con cualquier avance, existen pros y contras en los diferentes métodos de plantaciones, procesamiento y distribución. Creo que el verdadero reto, hoy en día, es dejar atrás rivalidades y encontrar formas de colaborar como una industria global para maximizar los avances en cada mercado. No existe una única norma que funcione en todos los países o regiones, por lo que todos los países productores debemos luchar juntos por conseguir la mayor calidad y servir a todos los segmentos del mercado.

En la actualidad se está negociando un tratado de libre comercio entre Estados Unidos y la Unión Europea (UE). ¿Cómo crees que puede beneficiar este acuerdo a los productores de aceite de oliva de ambas partes?

Lo ideal sería que el acuerdo proporcionara una oportunidad para una mejor armonización de este producto a nivel global: conciliación de las normas de calidad, pureza y etiquetado; conciliación de los plaguicidas autorizados y de los límites máximos de residuos (LMR); y la conciliación de los procedimientos de control y ejecución.