En este documento, la organización resalta que los tratados de libre comercio que Chile ha suscrito con distintos países, y el hecho de obtener un producto fresco a contra estación de los grandes productores de aceite de oliva del Mediterráneo son algunos de los factores que les benefician para seguir creciendo como industria.
En concreto, durante 2015 la superficie nacional de plantaciones de olivos para la producción de aceite de oliva se mantuvo en 25.000 hectáreas. Y es que la tasa de crecimiento de la superficie durante los últimos cuatro años se ha estabilizado, debido a una consolidación de las empresas ya existentes, observándose una ausencia de nuevos proyectos e inversiones. De hecho, según el informe, el interés actual y el esfuerzo está orientado en llevar a cabo diversas investigaciones en las plantaciones existentes, en conjunto con universidades y expertos nacionales e internacionales, relacionadas con manejos agronómicos que permitan minimizar la incertidumbre de la productividad del olivo así como aumentar la acumulación de aceite en el fruto.
A pesar de que la superficie plantada con olivos no ha sufrido grandes variaciones, Chile cuenta con un potencial estimado de plantación de 30.000 hectáreas para el año 2030.
Producción
En cuanto a la producción, el aumento en los últimos diez años se debe a la entrada en producción de las plantaciones (principalmente entre los años 2005 y 2010), a la implementación de nuevas tecnologías que harían más eficiente la extracción del aceite de oliva y a la especialización de sus trabajadores en las distintas áreas de la cadena productiva. Según el informe, el descenso productivo de los años 2013 y 2014 se debió principalmente a fenómenos agroclimáticos presentes en primavera lo que afectó directamente la producción de las aceitunas.
La producción de aceite de oliva registrada para el año 2015 alcanzó 18.500 toneladas, un 23% más respecto a 2014, sin embargo, es menor a las proyecciones de producción estimadas para esta temporada debido a la fuerte sequía que afectó las plantaciones de olivos en el norte del país.
Por otro lado, el documento señala que la mayoría de los proyectos desarrollados en el país presentan una integración vertical, contemplando la producción de aceituna, el proceso industrial con su propia almazara y el posterior embotellado, lo que permite que el 90% de la producción nacional esté orientada a la categoría virgen extra, y que la calidad sea la principal vía de acceso a potenciales mercados compradores.
Asimismo, de las 5.096 toneladas de aceite de oliva consumido en Chile, un 80% corresponde a aceite de oliva de origen nacional, mientras que el 20% restante es aceite de oliva importado.
Comercio
Respecto a las exportaciones, según los datos del informe, durante el año 2015 se exportaron 14.546 toneladas, un 52,4% más respecto a las 9.543 toneladas comercializadas en 2014.
Los principales destinos del aceite chileno durante el pasado año fueron Estados Unidos, Brasil y España. Hacia Estados Unidos se exportó principalmente aceite de oliva a granel, y a Brasil el producto se comercializó embotellado, lo que implica un mayor precio por unidad, según ChileOliva.
Por su parte, en 2015 Chile importó un volumen total de aceite de oliva de 709 toneladas, lo que supuso un aumento de un 12,4% respecto al ejercicio anterior.
Las importaciones nacionales de aceite de oliva procedieron en total de 15 países de origen, siendo sus principales proveedores Argentina, seguido de España e Italia, situación que no ha variado respecto a años anteriores.
Retos
ChileOliva señala que en la actualidad continúa ejecutando proyectos con el apoyo de Prochile, perteneciente al Ministerio de Relaciones Exteriores, en la promoción del aceite de oliva chileno en distintos mercados. Otro gran desafío, según esta organización, es seguir potenciando el mercado chileno con campañas de marketing y educación para aumentar el consumo a nivel nacional.
A su vez, el sector continúa trabajando en el Acuerdo de Producción Limpia, cuyo objetivo es incorporar en el sector productivo de aceite de oliva medidas y tecnologías de producción limpia, promoviendo la sostenibilidad y eficiencia productiva, y fortaleciendo la estrategia de competitividad.
