Este organismo asegura que a lo largo de esta campaña la actividad de este insecto es muy reducida, siendo sus poblaciones de adultos muy bajas, favorecido entre otras causas por las altas temperaturas registradas en los últimos meses y que han continuado elevadas a lo largo de los primeros días de este mes de septiembre.
Según detalla, continúa el aumento paulatino en la incidencia sobre el cultivo en algunas provincias, principalmente en la de Cádiz, alcanzándose durante la pasada semana un valor medio en la provincia del 2,70% de picada total, inferior a los valores que se registraron durante la campaña precedente y que en estas fechas fue del 3,70% de picada total.
En el resto de provincias andaluzas también se observan frutos afectados, siendo incipiente el porcentaje de frutos con picada, encontrándose los valores entre el 1% de picada total en Huelva al 0,20% para la provincia de Jaén.
Por otro parte, la Red de Alerta e Información Fitosanitaria señala que dada la evolución biológica que está teniendo este organismo durante esta campaña se están observando ya los primeros frutos con presencia de orificios de salida en la mayoría de las provincias, por lo que se espera que aparezcan los primeros adultos que darán lugar a los primeros estadios larvarios de la segunda generación.
Asimismo, subraya que la ausencia de precipitaciones acompañadas por la ola de calor registrada a principios de septiembre ha favorecido el registro de altas temperaturas inusuales para estas fechas, principalmente en las zonas de interior, favoreciendo las escasas poblaciones de adultos, lo que se refleja en las bajas capturas en las diferentes trampas colocadas al efecto. Por su parte, el vuelo de este agente es superior en aquellas zonas con temperaturas suaves como es el caso de los olivares cercanos a la costa y en el interior, en las zonas de sierra.
En cuanto a la realización de controles sanitarios, este organismo indica que se esta recomendando la realización de tratamientos aéreos en algunas áreas de las provincias de Jaén y Sevilla, así como terrestres de parcheo en zonas concretas en las provincias de Cádiz y Jaén. Además, aconseja vigilar el cultivo observando la evolución del insecto y cuantificando las poblaciones de adultos en trampas, como la incidencia de éstos sobre las aceitunas, mediante la realización de muestreos de frutos.
