En un comunicado, la FCAC ha destacado que será una campaña ligeramente por encima de una cosecha media, que se sitúa en unas 32.000 toneladas de aceite.
Esta organización ha explicado que aunque las zonas de secano del ámbito del campo de Tarragona y Terra Alta se verán sensiblemente afectadas por la falta de lluvias, el incremento de producción más importante se registrará en el conjunto de las comarcas de Tarragona. En concreto, se prevé un aumento global del 48%, al pasar de las 17.500 toneladas de aceite del año pasado a las 26.000 toneladas de esta campaña.
En el caso de las comarcas de Lleida, la Federación cree que el olivo de secano se verá gravemente afectado, por lo que se prevé un descenso del 18%, pasando de las 8.500 toneladas de la campaña pasada a las 7.000 toneladas de la actual; mientras que en las comarcas de Girona y Barcelona se estima una cosecha de unas 1.800 toneladas de aceite.
El responsable de aceite de oliva de la FCAC, Toni Galceran, ha explicado que "antes del verano esperábamos superar las 40.000 toneladas de aceite y nos podríamos haber acercado a una cosecha récord, pero en muchos lugares de Cataluña hemos sufrido más de cuatro meses sin lluvias". "Las zonas de secano y sin riego de apoyo están gravemente afectadas y, a pesar de la lluvia de las últimas semanas, ya no podrán recuperar la producción", ha aseverado.
Galceran ha asegurado que se registrará un incremento global porque "a pesar de que ha llovido tarde, en el Baix Ebre-Montsià, que es la zona productora de Cataluña con un mayor volumen, se podrá recuperar una parte importante de la cosecha".
A su juicio, el hecho de que tanto en España como en otros países productores -Italia, Grecia, Túnez, Marruecos y Siria- se estiman descensos de la producción, junto con la tendencia a la estabilidad en el consumo mundial de aceite de oliva, podrían hacer prever, también, una campaña con estabilidad de precios.
