Instantes de AOVE
Mercacei Semanal 1.026
lunes 05 de diciembre de 2016, 12:53h
Había una vez una isla repleta de olivos. Sus habitantes eran claros como la luna y tenían los ojos rasgados como si estuviesen acostumbrándose a la luz del sol. Podría tratarse de ciudadanos mediterráneos, pero esta pequeña isla de 153,3 km2 de extensión y 126 kilómetros de costa, estaba muy lejos de aquel mar. Este lugar no era famoso por su clima templado ni por sus apacibles playas y paisajes de gran belleza, ni siquiera por albergar una reserva de monos salvajes. Shodoshima era conocida porque en ella prosperaron por primera vez los olivos en Japón.