El Mago de Oz

Uno de ellos es el Dr. Oz. Si con ese nombre ya promete, sus proezas son, desde luego, dignas de mencionar -o denunciar-. Este personaje que se presenta a sí mismo como cirujano cardiotorácico conduce un programa de televisión estadounidense con una audiencia media de más de 2 millones de personas. Pues bien, recientemente, en uno de sus shows, se le ocurrió decir que el 80% del aceite de oliva que compran a diario los norteamericanos no es realmente aceite de oliva. Como se suele decir, se lió parda, y con razón. Si este showman ya tenía a toda la profesión médica en contra -son muchos los doctores que se han quejado de que sus pacientes lleguen a la consulta con prescripciones del Dr. Oz- ahora le ha declarado la guerra también la asociación más importante de aceiteros del país, la North American Olive Oil Association (NAOOA), quien no ha dudado en demandarle. Sí, así funciona la cosa en Estados Unidos: si te tropiezas con una baldosa cuando vas caminando por la calle, denuncias a la baldosa y listo. Y esta vez, la baldosa rebelde es el Dr. Oz. La NAOOA ha rebatido la desafortunada afirmación de este doctor asegurando que, según las líneas de investigación que llevan desarrollando desde su creación hace ya 25 años, el 98% de los aceites de oliva que se venden en EEUU son auténticos. Ya en 2014, una revista médica británica desveló que menos de la mitad de las recomendaciones realizadas por el Dr. Oz estaban respaldadas por evidencias científicas. Del mismo modo, el doctor en cuestión se vio obligado a retirar su apoyo a una “cura mágica para la pérdida de peso” después de que el caso fuese llevado ante el Senado de EEUU por un panel de protección al consumidor. “Demasiados consumidores han sido inducidos a dejar de comprar aceite de oliva”, lamentaba Eryn Balch, vicepresidenta de la NAOOA, recalcando que “Oz tiene una plataforma única para ayudar a millones de personas a tomar mejores decisiones sobre su salud y debería utilizarla para proporcionar información precisa y debidamente documentada”. Por su parte, el Dr. Oz ha emitido un comunicado en el que asegura que “planea defender agresivamente la noticia, que fue además cubierta por numerosos medios de comunicación como CBS News, The New York Times y Time Magazine”. No estamos seguros de que haya elegido el mejor adjetivo para describir su defensa, pero lo que sí ha logrado es que siga dando un poco de miedo. Exactamente igual que en El Infierno, la primera de las tres cánticas de La Divina Comedia, sigue siendo todo un poco dantesco. No tenemos ni idea de cómo se arreglará toda esta situación. Lo que sí podemos decir es que parece que en este caso ha sido la NAOOA la que ha subido el telón -como ya hiciese Totó, el perrito de Dorothy, en El Mago de Oz- desvelando la triste realidad: que el “mago” no es más que un hombre corriente que usa trucos de ilusionista para parecer lo que no es.

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