No olvide desayunar

Existe, sin embargo, una pequeña porción de la sociedad que decide saltarse este ritual e ir directamente al almuerzo o al picoteo entre horas. Para todos ellos, tenemos una mala noticia: desayunar sólo un café, o menos del 5% de las calorías diarias (100 en una dieta de 2.000 calorías recomendadas), puede aumentar el riesgo de sufrir aterosclerosis, la acumulación de grasa en el interior de las arterias. Así lo afirma un estudio del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC) realizado en colaboración con el Banco Santander. Y no hay que olvidar que la aterosclerosis, incluso cuando es subclínica -es decir, sin síntomas- puede ser causa de un infarto cerebral o cardíaco. De los voluntarios de este estudio -4.000, todos empleados del Banco Santander entre los 40 y 54 años de edad-, los investigadores determinaron que sólo un quinto tomaba un desayuno copioso (más del 20% de las calorías diarias), mientras que el 3% no desayunaba o lo hacía mal, consumiendo menos del 5% de las calorías diarias. En el primer grupo mostraron algún tipo de aterosclerosis subclínica alrededor de 57 personas de cada 100, pero los casos aumentaron a casi 75 por cada 100 en el segundo grupo. Así, nadie puede negar que el dicho “Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo” tenga su punto de razón. Un buen desayuno pone en marcha el reloj biológico del cuerpo que -aunque muchos lo desconocen- se encarga de regular el hambre durante el resto del día. Esta es, al menos, la hipótesis que ahora barajan los autores del estudio. “Si uno no toma el desayuno, el reloj entra en un caos”, asegura el reputado cardiólogo Valentín Fuster, principal autor del mismo. Aunque los resultados de esta investigación indican que quizá sea más importante cuándo comemos que lo que comemos, no basta con empezar a desayunar mucho para proteger las arterias, según Fuster. Los investigadores recomiendan un desayuno energético, pero también sano, que podría incluir un café con leche, una pieza de fruta o vaso de zumo, frutos secos y un par de tostadas con tomate y aceite de oliva. Nosotros le añadiremos la coletilla virgen extra, que parece que asusta a los oradores y creadores de opinión. Y no debería. Porque claro, luego están los que sí desayunan, lo hacen a la hora perfecta, con el café delicioso de su máquina última generación de Nespresso, y en vez de tostar un poco de pan y aliñarlo con AOVE devoran un paquete de galletas sin leer previamente los ingredientes. ¿Qué pasa entonces? Que probablemente estén ingiriendo un gran número de grasas saturadas que van a acabar dañando las mismas arterias que pretendían cuidar. ¿Desayunar o no desayunar? ¿Es esa la cuestión? No. Desayunar sí, pero con AOVE mucho mejor.

No olvide desayunar

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