Maestras

Hoy en día, todo ha cambiado. Bueno, casi todo. En nuestro sector podemos presumir de tener grandes maestras que, además, están siendo reconocidas -¡por fin!- últimamente. Tarde, sí. Pero ya se sabe, mejor tarde que nunca. Una de ellas es Consoli Molero o, como diría José María Penco, director de AEMO, Cónsoli (que así suena más musical), gerente y maestra de almazara de Colival, galardonada en la última edición de los Premios AEMO como la Mejor Maestra de Molino. Como destacó precisamente Penco, es la primera vez en la historia de estos premios que se entrega este reconocimiento a una mujer. Molero, sin embargo, le quitó hierro al asunto -si la conocéis personalmente, sabréis que eso es muy de ella, trabajar duro y con humildad-, asegurando, en el momento de recoger el galardón, que su trabajo no es cuestión de géneros. “Espero que en un futuro próximo ni siquiera tenga que hacerse esta observación”, indicó. Aunque analizando el progreso en términos de género desde las maestras del siglo XIX podemos afirmar que todavía nos queda un poco de camino por hacer. Y no es que esto sea una moda como el #metoo. Es que, aunque parezca una broma, hace poco nos contaron una anécdota que nos ofrece una ligera idea de como está la cosa en nuestro país. Resulta que en otra entrega de premios del sector -eso sí que podríamos debatir sobre si es una moda o no- unas blogueras jóvenes y emprendedoras subieron a recoger su galardón y decidieron dedicárselo a “todas las mujeres del sector”. Y ellas tan contentas, claro. Pues nada más bajar del escenario, una señora -sí, sí, han leído bien, una señora- les espetó: “ay que ver qué tontería os ha dado con el dichoso feminismo”. Y se quedó tan ancha. Por eso, querida Cónsoli (la verdad es que sí que tiene su punto musical), todavía queda un buen rato para que se dejen de hacer esas observaciones. Ella también debe de saberlo porque acaba de lanzar al mercado su AOVE Alma de Mujer, un virgen extra nacido desde el amor, la pasión y el respeto, y dedicado “a todas las personas que necesitan que sus voces sean escuchadas, a todas las mujeres que disfrutan y sufren en soledad en este sector y que son parte de él”. Una de esas voces -pero que se hace escuchar, como debe ser- es la de Belén Luque, propietaria de la almazara Luque Ecológico, otra maestra que acaba de ser nombrada presidenta de la Asociación Empresarial de Almazaras Industriales de Córdoba (Acora). En su intervención indicó que iba a trabajar por intentar equilibrar la balanza entre almazaras industriales y cooperativas en términos de subvenciones. Pero seguro que consigue equilibrar alguna balanza más. Las dos lo están haciendo ya. Ellas son sólo dos de todas las maestras que tenemos -afortunadamente- en nuestro sector. Mujeres que viajan, que escriben, que crean, que promocionan... lo mismo que hacían en el siglo XIX pero con la libertad del siglo XXI. Hagamos caso a Consoli -o Cónsoli, lo mismo da-, esto no es una cuestión de géneros, es una cuestión de amor por nuestro trabajo, y el amor no entiende de terminología. ¡Gracias a Dios!

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