¿Quién paga esta fiesta?

El primero de ellos, Gonzalo Guillén, consejero delegado y director general de Grupo Acesur, lo tiene claro: la solución para conseguir una cadena de valor con precios más equilibrados que supongan una mejor posición para todos los miembros de la cadena es la promoción, es decir, invertir para hacer crecer la demanda. Para ello, asegura que la aportación a la Interprofesional debería pasar desde los 6 euros actuales hasta 30 euros/t. para dotar a la este organismo de estructura y capacidad para acometer grandes inversiones de comunicación y promoción de nuestro aceite que lleguen a todos los rincones del planeta.

Esta estrategia la secunda Juan Gadeo, presidente del Consejo de Administración de Grupo Interóleo, quien considera prioritario aumentar la inversión en divulgación y promoción del aceite de oliva virgen extra y virgen desde el sector productor, así como adaptar el producto a las nuevas formas de alimentación de la sociedad.

José María Penco, director de AEMO, opina que todo pasa por invertir más en promoción, especialmente en los mercados exteriores, que es donde tenemos verdadera capacidad de crecimiento; mientras que Juan Vilar, analista oleícola internacional, CEO de Juan Vilar Consultores Estratégicos y profesor permanente de la UJA, recalca que es urgente establecer medidas de fomento y desplazamiento de la demanda de forma que ésta absorba plenamente a la actual oferta, lo que se consigue mediante políticas de promoción, especialmente incisivas en mercados maduros, todos ellos potenciales competidores de nuestros aceites en el entorno internacional.

Otros profesionales como Jesús Cuervas, CEO de Jesús Cuervas, Aceites y Derivados, consideran que en un entorno como el actual resulta imprescindible apostar decididamente por la promoción del aceite de oliva en todas sus categorías (extra, virgen, oliva refinado y orujo refinado) para aumentar la demanda lo máximo posible; al tiempo que Francisco Serrano, presidente de Almazaras de la Subbética, destaca la necesidad de seguir apostando por la promoción con el fin de incrementar el consumo.

Ninguno de estos últimos, a pesar de mostrarse de acuerdo en invertir en promoción, propone medidas concretas para incrementar esta inversión.

A Eduardo Valverde, gerente de SCA San Sebastián (Conde de Benalúa), le ocurre lo mismo. Según él, “a la vista del incremento anual de las cosechas habrá que invertir más en los consumidores, en calidad y servicio”. ¿Alguna propuesta?

Por el momento, parece complicado mojarse en este tema, y las Administraciones parecen hacerse las suecas. Porque llegados a este punto, no debemos olvidarnos de algo muy importante, y es que este sector -como cualquier otro- debe ser rentable para toda la cadena y es necesario poner en marcha los mecanismos necesarios para que así sea.

Está muy bien tener ideas y la ilusión de llevarlas a cabo, pero no nos olvidemos de que alguien tiene siempre que acabar pagando la fiesta.

¿Quién paga esta fiesta?

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