El desarrollo de Agroisa durante tantos años se ha curtido en paralelo al de la propia olivicultura, exigiendo a la firma una alta eficacia en el trabajo que realiza, así como un alto grado de eficiencia. “Nos pide simplicidad en los procesos y sostenibilidad, nos exige innovación y orientación a nuevos productos y mercados emergentes”, asegura la empresa en un comunicado.
Ante este reto Agroisa se plantea “cuestiones sobre el modo en los que la fruta es procesada y nos obliga a cambiar el foco sobre el que prestar atención, para garantizar los procesos de extracción y elaboración de aceituna; nos exige soluciones técnicas para la valorización de los subproductos y nos plantea cuestiones sobre la definición de una auténtica formulación de la economía circular en torno al sector”, destaca, al tiempo que asegura aportar “soluciones energéticas y soluciones que permiten un mejor aprovechamiento de los recursos hídricos”.
Hoy en día, los sistemas compactos de limpieza y lavado de aceitunas de esta firma hablan sobre esta revolución. Se trata de equipos compactos que permiten un procesamiento integral de todos los productos y subproductos que vienen aparejados a la cosecha y que, por tanto, “deben ser tratados como fase previa e indispensable para la extracción y/o aderezo de la fruta”.
La adecuación postcosecha del fruto en términos globales es un concepto que ha venido siendo acuñado desde el momento en que “Agroisa reivindica el área de recepción de las almazaras y plantas de aderezo, como la fase más determinante de las existentes para garantizar la eficacia del proceso y la inocuidad del resultado”, ha concluido la firma.
