Adios, aceite de oliva

“Adiós aceite de oliva: la alternativa igual de saludable y deliciosa para tus platos”, grita insolente a los cuatro vientos el último titular que ha osado a aparecer en mi bandeja de entrada. ¡Olé! ¡Claro que sí, guapi -como diría aquel anuncio de la tele-! Ojo, que en este artículo publicado en uno de los diarios de mayor tirada de nuestro país se detallan, de verdad, las opciones que la redactora considera exactamente idénticas en sabor, nutrición y efectos saludables. Por si no pueden aguantar su curiosidad, aquí van: aceite de aguacate, aceite de coco, aceite de girasol alto oleico, aceite de cártamo, aceite de nuez y aceite de linaza. Al parecer todos ellos, les recuerdo, saben exactamente igual que el aceite de oliva que, por cierto, ha olvidado concretar a cuál se refiere. ¿A un virgen extra, refinado, de orujo? Porque ya que se ha tomado tantas molestias en ponerle apellidos al aceite de girasol habría estado bien saber a qué categoría en concreto de aceite de oliva se refiere cuando asegura solemnemente que las otras grasas citadas son igual de saludables y sabrosas.

Me ha llamado la atención leer en los comentarios de lectores suscritos a a esta publicación frases tipo “qué vergüenza de titular”, “vaya menosprecio a uno de los mejores productos de nuestro país”, “deberíamos ser más conscientes de lo que tenemos”... ¿Será que los lectores, afortunadamente, se han dado cuenta de que el fin de este tipo de noticias es meramente sensacionalista? ¿No estamos cansados ya de alimentar nuestra historia negra en todos los ámbitos? ¿De verdad “son cada vez más las familias que no se pueden permitir comprar aceite de oliva o deben usarlo de forma limitada”, tal y como asegura esta periodista -discúlpenme que ponga este cargo en cursiva pero el respeto que tengo por esta profesión me lleva a pensar que alguien que escribe estas tontunas no puede pertenecer al gremio-? Entre la semana pasada, que hablábamos de supermercados que venden aceite de oliva a través de fotografías para evitar robos; y esta, en la que nos encontramos con medios que se muestran ávidos de mostrarnos alternativas a emplear y consumir aceite de oliva, creo que lo mejor va a ser que hagamos oídos sordos a la realidad, como hace la generación Z. ¡A tope el volumen de Spotify y que el fin del mundo nos pille bailando!

Adios, aceite de oliva

Mercacei Semanal 1.356