En un escenario y en una campaña tan atípicos como los actuales, ¿qué te está diferenciando del resto de empresas de tu segmento?
Parafraseando al humanista Carl Rogers, “…acepto la confusión, la incertidumbre, el miedo y los altibajos emocionales, porque ése es el precio que estoy dispuesto a pagar por una vida fluida, perpleja y excitante". En AGROISA nada nos fue regalado; conseguimos hacernos de la confianza de la olivicultura a nivel mundial porque siempre hicimos las cosas con honestidad, con frescura; acompañando de la mano a quienes nos escuchan y empatizando con la realidad que les aprieta.
Ponemos en valor el capital humano, adecuando nuestra propuesta a una situación que, en un futuro próximo, revertirá en renovados tiempos con almazaras más fuertes
En una situación como la actual, ponemos en valor el capital humano, adecuando nuestra propuesta a una situación que, en un futuro próximo, revertirá en renovados tiempos con almazaras más fuertes; empresas más capaces de adaptarse a los continuos cambios; y una capacidad de innovar nunca antes conocida.
¿Qué soluciones y/o productos estás ofreciendo a los productores para adaptarte a esta situación?
Es un momento convulso por tantas circunstancias que sería muy complicado diseñar una única solución a una gran diversidad de problemas, sobre todo porque es posible que el abordaje sólo pueda hacerse desde un punto de vista multidisciplinar. Plantear una renovación de determinadas tecnologías en una almazara sin tener en consideración los problemas energéticos, la disponibilidad hídrica o el acceso a la financiación, sería como estar viviendo en este mundo desde una óptica absolutamente contemplativa.
La mejor solución que puede ofrecer AGROISA en una situación tan compleja como la que nos ha tocado vivir es la de ejercer con intensidad su función asesora; una estrategia comunicativa en la que la pedagogía será la protagonista. Un asesoramiento transgresor y profundo que sea capaz de rechazar la frivolidad de los “proyectos de biblioteca” y de asentar en la tierra los verdaderos retos para un futuro inminente, con innovación, innovación e innovación.
Muchos productores se muestran esperanzados de cara a la próxima campaña, confiando en volver a las cifras de producción habituales e, incluso, superarlas debido al nuevo olivar que entra en producción. ¿Compartes esta opinión? ¿Qué percepción tienes tú del futuro a corto plazo?
Nadie en su sano juicio pensará hoy que esta situación terminará con la esperanza de una olivicultura mejor y más fuerte para las generaciones venideras… aunque no es un mal momento para recordar en esta ocasión al orador Tonny Robbins, cuando sostiene que “Si haces lo que siempre has hecho, obtendrás lo que siempre has tenido”.
Es del todo imposible pensar en el progreso de las cosas sin renunciar a parte de lo que dejamos atrás. La nostalgia del pasado, cuando nos enfrentamos a un presente tan efímero, no es más que un pesado lastre que no nos deja avanzar hacia el futuro.
Claro que habrá mejores campañas, y claro que todos trabajaremos para conseguir mejores resultados aún a pesar de las circunstancias, pero lo que no debemos olvidar es que nadie nos vino a regalar nada, y que sólo pensando en que podemos hacer las cosas mejor, las cosas mejorarán.
