Una de las últimas novedades del Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York es una colosal IA que se ha inspirado y aprendido de las más de 180.000 obras de las colecciones y archivos de uno de los museos más famosos del mundo. Una máquina -creada por el artista turco afincado en Los Angeles Refik Anadol- que no deja de asombrar a los conservadores, críticos y visitantes del museo por igual. Unsupervised -una impresionante pantalla digital de 6 x 7 metros- presenta un flujo infinito de imágenes, cada una de las cuales ha sido creada por un modelo de Inteligencia Artificial alimentado por toda la colección de obras de arte del museo. El flujo cambia constantemente, controlado por lo que ocurre a su alrededor, lo que hace que la pieza parezca estar viva de verdad.
La IA también ha invadido TikTok, la red social en la que cualquier tipo de contenido puede viralizarse en un abrir y cerrar de ojos. Una combinación explosiva y más si entra en la ecuación la posibilidad de ver cómo será tu rostro dentro de 60 años con un realismo absoluto. Es una de las funciones del último filtro viral de esta red social, que ha llenado la plataforma de miles de videos de usuarios -entre ellos las celebrities del momento- que quieren ver como será su cara cuando los años pasen por ella.
Esta capacidad predictiva de la IA ha provocado la proliferación de numerosas aplicaciones que permiten al usuario realizar preguntas acerca de lo que ocurrirá en el futuro y obtener, en cuestión de segundos, imágenes ultrarealistas como respuesta. Por ello, desde Olivatessen hemos querido saciar nuestra curiosidad formulando las siguientes cuestiones acerca del futuro del AOVE:
El olivar del futuro
¿Inventaremos un sistema de plantación más allá del seto? ¿Será un olivar ultraintensivo? Parece que el futuro pasa por unas almazaras futuristas integradas en el paisaje e, incluso, que planean por la misma finca como drones gigantescos. Para aquellas fábricas que estén más lejos existe un transporte que fusiona el quad y la moto de nieve para transportar a la velocidad del rayo a los productores hasta sus olivares.
Formatos de AOVE
Los envases inteligentes acapararán los lineales. La botella de AOVE nos avisará de su fecha de consumo preferente y se tornará opaca si entra demasiada luz en nuestra cocina. Es probable, incluso, que existan pequeños androides voladores que añadan un poco de virgen extra cuando nuestra receta lo precise.
El papel del virgen extra en la restauración
El AOVE buscará nuevas texturas y presentaciones hasta ahora imposibles de materializarse. Las perlas darán paso a aires, tierras, gases… y formas que hoy en día desconocemos. El comensal asistirá a presentaciones que jugarán con los límites de su imaginación. No sabrá si lo que va a llevarse a la boca es real, imaginario o una brillante creación culinaria con el ingrediente más versátil del mundo.
Expansión del consumo de aceite de oliva por el mundo
El AOVE se abrirá paso en los países en los que su presencia era residual. Los productores han logrado posicionar el virgen extra como el alimento más saludable del mundo y los niños lo consumen como parte indispensable de su dieta diaria. A través de ellos, este zumo se ha abierto paso y expandido por todo el planeta -e incluso por las estaciones espaciales ya habitadas por civiles- y es un must en la cesta de la compra de todos los consumidores del futuro.
Canales de distribución de virgen extra
Los canales de distribución al uso ya no existen. Las tiendas gourmet y de AOVE son móviles, se encuentran en las estaciones espaciales, en los aeropuertos o en los centros de carga eléctrica de Tesla. Además de degustar en ellas chupitos de virgen extra durante las 24 horas del día, también puedes adquirir los nuevos EVOO-bots, unos pequeños robots que te indican los mejores maridajes para cada zumo.
El planeta Olive
En 2067 se descubrirá una galaxia muy parecida a la nuestra. En ella existe un planeta repleto de agua y de vida. Los científicos lo bautizarán Olive, en honor al árbol del olivo y a lo que ha representado en la historia de la humanidad. En 2083 se enviarán las primeras naves para inspeccionar el terreno y comprobar si es posible vivir allí en el marco de la “Agenda 2100”.
Promoción y comunicación
Las campañas de promoción son a lo grande. Desde que se dejaron de imprimir periódicos y revistas, sólo existe un canal directo para llegar al consumidor: los anuncios personalizados en nuestras “Google Lens”. Pueden atravesar Times Square simultáneamente 200 personas y ninguna estará viendo el mismo anuncio en sus pantallas. Las marcas de AOVE libran una batalla encarnizada por que sus spots lleguen desde allí a sus clientes potenciales: foodies hedonistas, lo más de lo más en el mundo gastro del futuro.
El AOVE en los hogares
Ya no existen las neveras, sino los conservadores de alimentos inteligentes. Todos los hogares cuentan con uno. Divide los alimentos -tanto frescos como envasados- en diferentes niveles y cada uno de ellos tiene la temperatura óptima. Por supuesto, existe la balda de los AOVEs. Para cocinar con ellos, cada casa dispone de un robot de cocina y no, no es una Moulinex. Se trata de un androide con IA que descarga constantemente recetas de la red para elaborar innovadoras creaciones con los vírgenes extra con los que mejor maridan. Eso sí, siguen quedando algunos humanos románticos que prefieren cocinar ellos mismos y disfrutar del placer de abrir una buena botella de AOVE de cosecha temprana -agosto/septiembre desde que se derritieron los polos-. Los buenos hábitos mueren lentamente.
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