Del olivar al futuro -impreso en 3D-

Sí, el hueso. Ese subproducto que, hasta hace poco, se relegaba a la biomasa o al olvido, se ha convertido en el nuevo protagonista de una historia de transformación con ADN andaluz. Así, la marca Lefance ha lanzado Oliva, un bolso fabricado mediante impresión 3D con un filamento biodegradable hecho a partir de hueso de aceituna. ¿El resultado? Una pieza de moda con trazabilidad, circularidad... y alma. Pero Oliva no es sólo un bolso. Es una metáfora del nuevo sector oleícola: creativo, local, tecnológico. Esta industria no sólo exporta litros de virgen extra; ahora exporta ideas. Y Andalucía se está convirtiendo, silenciosamente y a base de mucho esfuerzo y creatividad, en un laboratorio de innovación donde los residuos son recursos y el campo se conecta con la vanguardia. Lefance trabaja bajo demanda, colabora con talleres de proximidad y apuesta por materiales regenerados como Smartfil Olive -desarrollado en Jaén- para convertir lo residual en deseable. No se trata de una anécdota de moda, sino de un modelo productivo replicable: de cómo pensar el olivar más allá del aceite. Porque no lo olvidemos: el sector oleícola no es solo agrícola; es cultural, es industrial, es tecnológico. Y como tal, tiene margen -y necesidad- de sobra de diversificar, sofisticarse y conectar con nuevas generaciones que no sólo valoran el producto, sino el relato que lo envuelve. Desde los Premios EVOOLEUM al Mejor Packaging, desde la biotecnología aplicada al aceite hasta la moda circular con hueso de aceituna: el sector está vivo, está mutando. Y, sobre todo, está generando valor más allá de lo evidente. Quizás va siendo hora de cambiar el discurso. Dejar de ver el olivar solo como símbolo de lo ancestral, y empezar a hablar de él como un motor de transición ecológica, de industria verde y de creatividad aplicada. Porque sí, el AOVE sigue siendo el oro líquido. Pero sus residuos, bien pensados, pueden convertirse en algo aún más valioso: una nueva narrativa de futuro. No es casual que, en cuestión de semanas, el sector oleícola haya convertido al bolso en símbolo -no solo de estilo, sino de visión de futuro-. Quizá estemos entrando en una nueva etapa donde el olivar no solo se cultiva: también se diseña.

Del olivar al futuro -impreso en 3D-

Mercacei Semanal 1.422