El Copa-Cogeca informó de que, por primera vez, agricultores de todos los rincones de la Unión Europea se unieron en una demostración de coordinación y cohesión sin precedentes.
"En la mayor protesta agrícola celebrada en Bruselas en los últimos 30 años, el sector agrario europeo habló con una sola voz, evidenciando que los problemas a los que se enfrenta -desde el elevado coste de los fertilizantes y los impuestos injustos hasta la falta de simplificación normativa- no entienden de fronteras nacionales", resaltó esta organización.
Entre sus reivindicaciones destaca una Política Agraria Común (PAC) fuerte, verdaderamente común y adecuadamente financiada más allá de 2027, acompañada de un fondo de inversión que aporte soluciones y respalde la competitividad y el crecimiento; un comercio justo y transparente que proteja eficazmente los estándares de producción y a los sectores más sensibles, al tiempo que contribuya a mejorar la competitividad; y una simplificación real, una mejor regulación y una agenda clara de seguridad jurídica.
A su juicio, la protesta estuvo marcada por una "elevada coordinación, determinación y un claro sentimiento compartido de propósito". Los agricultores han marchado por las calles de Bruselas, convergiendo desde el Boulevard Albert II y el Boulevard Botanique hasta la Rue de la Loi, donde las delegaciones nacionales pronunciaron declaraciones "firmes y contundentes".
Durante la mañana, la dirección del Copa-Cogeca trasladó las tres demandas centrales que articularon la protesta al presidente del Consejo Europeo, António Costa, a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y al comisario europeo de Agricultura y Alimentación, Christophe Hansen. Por la tarde, en las reuniones previstas con los comisarios Maroš Šefčovič (Comercio y Seguridad Económica), Christophe Hansen (Agricultura y Alimentación), Piotr Serafin (Presupuesto) y Jessika Roswall (Medio Ambiente, Resiliencia del Agua y Economía Circular Competitiva), se reiteraron los mismos mensajes.
Para la organización, "la responsabilidad está ahora en manos de la Comisión Europea, el Parlamento Europeo y el Consejo. La protesta puede concluir hoy, pero la reivindicación continúa. Es el momento de que las instituciones escuchen y actúen con valentía. El futuro de la agricultura europea y la seguridad alimentaria de 450 millones de ciudadanos dependen de ello".