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El AOVE en 2050: un alimento imprescindible en los hogares y cocinas de todo el mundo

El AOVE en 2050: un alimento imprescindible en los hogares y cocinas de todo el mundo

Por Daniel García Peinado
Chef Ejecutivo del Gourmet de La Roja (RFEF) y asesor gastronómico

En un viaje imaginario hacia el futuro, el olivar y el aceite de oliva virgen extra se habrán transformado en 2050 en algo que sólo podríamos haber soñado hace unas décadas: el alimento básico en las cocinas de todo el mundo. En ese año, el sector del olivar experimentará una revolución impulsada por los avances tecnológicos y los cambios en la demanda del consumidor que no sólo aumentará la calidad de los aceites, sino que también preservará la tradición y hará que la producción sea más sostenible y rentable. Uno de los desarrollos más emocionantes en el mundo del olivar es la adopción de la Inteligencia Artificial en la gestión de los cultivos a través de sistemas avanzados de sensores y drones con los que los agricultores podrán monitorizar las condiciones del suelo, de las plantas y de sus frutos, optimizando así el uso de recursos como el agua y los fertilizantes.

En este futuro oleícola, los olivos estarán protegidos por sistemas de control de plagas altamente eficientes y respetuosos con el medio ambiente, por lo que los pesticidas químicos serán cosa del pasado, ya que se emplearán en su lugar métodos biológicos y tecnologías de vanguardia. La salud de los olivos se convertirá en una cuestión prioritaria, garantizando la calidad de las aceitunas y, por lo tanto, del aceite de oliva.

El proceso de recolección también será completamente diferente. Robots y máquinas automatizadas recogerán las aceitunas con precisión milimétrica, eliminando el riesgo de dañar los frutos. Esto permitirá una cosecha más eficiente y una descarga del arduo trabajo que la mano de obra humana emplea en esta labor. Pero no todo será tecnología en los olivares y en el AOVE del futuro. La tradición y la artesanía seguirán siendo fundamentales. Los agricultores conservarán sus conocimientos transmitidos de generación en generación y las antiguas técnicas de poda y cuidado de los olivos se fusionarán con la tecnología de vanguardia para lograr una producción excepcional.

En cuanto a los consumidores de AOVE, en 2050 serán más conscientes de la calidad y la procedencia de los alimentos que comen, por lo que los sellos de denominación de origen y las certificaciones de agricultura sostenible serán más importantes que nunca. Esto impulsará la producción local y el apoyo a los pequeños agricultores, creando una diversidad de sabores y aromas. Pero lo más importante: el AOVE en 2050 será la grasa saludable presente en todas las cocinas profesionales y hogares del mundo.

Así, y comenzando por la forma en que lo consumimos, desterraremos los envases tradicionales en beneficio de innovadoras soluciones en cristal opaco, más ecológicas y reutilizables, que reducirán por completo el desperdicio de plástico. Los consumidores podrán elegir el tipo de aceite que desean según sus preferencias de sabor y aroma, personalizando sus experiencias culinarias. En la cocina del futuro el AOVE será el pilar fundamental de una alimentación saludable.

Por todo ello, el olivar del futuro fusionará la tradición con la innovación, con la vista puesta en la calidad y la sostenibilidad como objetivos primordiales. Los avances tecnológicos cambiarán la forma en que cultivamos y producimos AOVE, pero la pasión por esta joya líquida de la gastronomía seguirá siendo el motor que impulsa a los productores a alcanzar la excelencia. Y es que en 2050 el aceite de oliva virgen extra será más que un ingrediente: será el alma de la cocina, conectando generaciones, culturas y un mundo lleno de sabor y salud.