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El sector del olivar y del aceite de oliva, las cooperativas y el consumidor en 2050

El sector del olivar y del aceite de oliva, las cooperativas y el consumidor en 2050

Por Eduardo Valverde
Gerente de S.C.A. San Sebastián (Conde de Benalúa)

Teniendo en cuenta lo vivido en los últimos 35 años en este sector, adivinar lo que sucederá en los próximos 27 no se antoja algo imposible. Para ello debemos considerar algunos factores a mi juicio determinantes y tratar de responder a las siguientes cuestiones, relativas a la Inteligencia Artificial (IA), el agua, la gestión del stock y el consumidor: ¿Estarán preparadas las explotaciones de olivar, las almazaras y las cooperativas españolas para aplicar la IA? ¿Tendremos agua suficiente? ¿Será España capaz de imitar a Portugal o Israel en lo relativo a la gestión del agua? ¿Quién liderará la gestión del stock? ¿Seguirá España dominando la tendencia en los precios? ¿Se conformará el consumidor mundial con AOVE sin aditivos ni mezclas? ¿Seguiremos el camino de la leche?

En mi opinión, la IA seguirá cambiando nuestras vidas automatizando aún más los procesos, la información y la comunicación. Seguramente, el olivar superintensivo y las almazaras de gran dimensión estarán preparadas para aprovechar todas las ventajas y aspectos diferenciales que esto supone, como ya está ocurriendo: menor coste, más visibilidad, más información. Será un entorno cada vez más difícil para las pequeñas cooperativas españolas -que seguramente serán menos de las actuales 1.800-, de pocas empresas con un carácter más industrial y comercial, y productores de gran dimensión y costes muy eficientes.

El agua limitará las producciones y definirá qué explotaciones y comarcas siguen produciendo o no. Seguramente España no sabrá estar a la altura y seguirá buscando sostenibilidad sin agricultores. Por su parte, la gestión del stock será determinante para liderar la comercialización y la rentabilidad en ciclos superiores a cinco años. Con la cantidad de olivar que se está plantando en todo el mundo, es probable que España pierda el liderazgo, ojalá no sea así.

Y lo más importante, el consumidor, seguirá sofisticándose al calor del marketing, en un entorno global con propuestas por parte de las grandes multinacionales de nuevos productos dotados de propiedades funcionales, sabores, aromas y nuevas ventajas nutricionales. ¡El aceite será la leche!

En resumen, en 2050 tendremos menos productores de más dimensión y especialización, más sostenibles e integrados en modernas almazaras automatizadas, con instalaciones y bodegas concebidas para competir en un entorno global, y con capacidad para producir, almacenar y elaborar respondiendo a criterios de marketing que generen nuevos consumidores y nuevas formas de consumo.