Según han explicado los impulsores de este proyecto, los sistemas de climatización actuales, basados mayoritariamente en ciclos de compresión de vapor, representan cerca del 10% del consumo eléctrico mundial y generan una importante carga de emisiones de gases de efecto invernadero. Aunque en los últimos años se ha avanzado en eficiencia energética, la mayoría de los desarrollos se ha centrado en el control de temperatura, dejando en segundo plano la regulación de la humedad del aire, un factor clave para garantizar el confort, la seguridad y la calidad del aire en espacios interiores.
El proyecto ha demostrado que los restos de poda del olivo pueden transformarse en materiales desecantes orgánicos altamente eficientes para el control de la humedad en ambientes industriales. A través de un innovador proceso de fabricación aditiva (impresión 3D), se han desarrollado componentes con una gran capacidad de absorción de humedad, especialmente eficaces en condiciones ambientales muy húmedas.
Los materiales desecantes obtenidos y usados en impresión 3D contienen hasta un 30% de biomasa procedente del olivar, integrados en una matriz de PLA, un polímero biodegradable de origen vegetal. Esta combinación ofrece propiedades desecantes y estructurales óptimas, a la vez que contribuye a una gestión sostenible de residuos agrícolas.
Aplicación industrial: eficiencia, ahorro y mejora del entorno laboral
Uno de los hitos más destacados del proyecto ha sido la instalación de un sistema de deshumidificación basado en este nuevo material en las salas de secado de la empresa cárnica Agritez 1993 (IBÉRICOS COLORYN), donde las condiciones de humedad son especialmente críticas para la conservación de los productos y la seguridad alimentaria.
Durante cuatro meses, el sistema fue monitorizado y, entre los resultados, destacó que se logró una reducción significativa de la humedad ambiental, se mejoraron las condiciones de trabajo, se alargó la vida útil de la maquinaria y el rendimiento fue hasta un 60% superior al de los sistemas tradicionales basados en compresión de vapor.
Además, se ha desarrollado un sistema de monitorización inteligente en la nube, que permite controlar y optimizar remotamente el funcionamiento de los equipos, favoreciendo el mantenimiento predictivo y la eficiencia energética.
Un proyecto alineado con los objetivos de la UE
AGROSEC se alinea con las estrategias de transición ecológica promovidas por la Unión Europea y en concreto con el Reglamento de Taxonomía (UE) 2020/852. Esta iniciativa contribuye a la descarbonización de los sistemas de climatización; el aumento de la eficiencia energética en procesos industriales; la promoción de la economía circular, mediante la valorización de subproductos agrícolas; y la mejora del bienestar y la salud en entornos laborales.
"Este desarrollo pionero demuestra que es posible convertir un residuo agrícola en un producto de alto valor añadido, generando beneficios medioambientales, económicos e industriales, y posicionando a Andalucía a la vanguardia de las tecnologías limpias aplicadas al sector agroalimentario", han resaltado sus impulsores.
Presentación de resultados finales
Los resultados del proyecto se presentarán el próximo 30 de abril en el webinario “El olivar se mueve. De la innovación a la práctica”, organizado por Citoliva y Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, con la colaboración de Editorial Agrícola. El evento contará con la participación de José Antonio Martínez Sánchez, investigador de la Universidad de Córdoba, encargado de exponer los avances de AGROSEC.
También se presentarán los grupos operativos SAMM_IRO, centrado en módulos inteligentes para la gestión del riego y el control fitosanitario en el olivar, a cargo de Joaquín Mª Fernández González, director de I+D de IRDETEC; y OLIKE, sobre mejoras en la cocción de la aceituna de mesa, presentado por Daniel Lara Muñoz, gerente de SAT Albarizas.
El proyecto ha sido financiado por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) a través del Programa de Desarrollo Rural de Andalucía 2014-2022 y la Junta de Andalucía, a través de la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural.