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La olivicultura se abre paso en Uruguay

La olivicultura se abre paso en Uruguay

jueves 10 de abril de 2014, 13:53h

09/04/2014 - A comienzos de este siglo se inicia una nueva época para la olivicultura en Uruguay impulsada por una creciente demanda mundial de alimentos beneficiosos para la salud y favorecida por los altos costes de producción en los países europeos, lo que llevó a implementar nuevas plantaciones con diversas variedades. En la actualidad, ya se han superado las 9.000 hectáreas plantadas en todo el país, con un desarrollo sostenido que ocupa un lugar importante en la producción e industria nacional. Unas plantaciones que se encuentran en plena expansión activa, con un ritmo de crecimiento de 500 a 1.000 hectáreas por año.

Las primeras plantaciones olivícolas en Uruguay se registraron en la costa del arroyo Miguelete, en el departamento de Montevideo, en el año 1780, procedentes de Buenos Aires. En 1937 se aprobó una ley para el fomento de la olivicultura, y hacia 1950 ya existía 1.000 hectáreas plantadas en territorio uruguayo, concentradas en los departamentos de Río Negro, Paysandú, Salto y Montevideo.

El sector olivícola uruguayo se encuentra en el comienzo de su consolidación productiva sobre la base del desarrollo de plantaciones que se han mantenido en los últimos diez años. Desde 2002, año en el que se comenzó a gestar el actual desarrollo olivícola, la superficie implantada se ha expandido considerablemente y se encuentra en el orden de las 9.000 hectáreas, constituyéndose como el segundo sector frutícola por superficie después de la citricultura, según se desprende del informe “El sector olivícola”, elaborado por Uruguay XXI, Promoción de Inversiones y Exportaciones, publicado en el último número de Mercacei Magazine.

En concreto, el sector olivícola uruguayo integra a más de 250 empresas a lo largo de su cadena agroindustrial, generando 1.500 empleos directos, que durante los periodos de cosecha pueden alcanzar los 2.500 puestos de trabajo. 

 

Previsiones y principales destinos

Desde mediados de 2009, la producción nacional de aceitunas para hacer aceites y cosméticos ha aumentado y se prevé un crecimiento exponencial de la cantidad de litros de aceite de oliva producidos por año, por lo que se estima que la producción superará los 10 millones de kilos de aceite en 2020. Dado que este cultivo nunca será masivo en Uruguay, la orientación de los proyectos de plantación de olivos será buscar la máxima calidad y participar en “nichos” de mercado a nivel regional e internacional.

Según este informe, el mercado brasileño es visto como uno de los países más atractivos, debido a la cercanía geográfica que tiene con Uruguay y a su pertenencia a Mercosur, al gran poder adquisitivo de los brasileños y al crecimiento de su población y consumo. Estados Unidos, Canadá, México y algunos países asiáticos (China, Japón e India) también son considerados como mercados potenciales. Si bien China es en la actualidad uno de los grandes importadores, Japón es uno de los países que paga precios más elevados e India aumenta sensiblemente su consumo.

Asimismo, Uruguay apostará por la calidad de los aceites a exportar, debido a la imposibilidad de competir en volumen en el terreno internacional. Para ello, el sector está trabajando en el desarrollo de un sello de calidad debidamente controlado que asegurará que el producto no solo cumpla con las normativas sino que cuente con una “auditoría” extra al respecto.

Esta información ha sido extraída del documento “El sector olivícola”, elaborado por Uruguay XXI, Promoción de Inversiones y Exportaciones. El documento completo puede descargarse en la página web de este organismo (www.uruguayxxi.gub.uy).