Los resultados del estudio, publicados en el número de junio de la revista italiana Il Test -impulsora del análisis-, apuntan que, pese a que su consumo no implica ningún problema para la salud, el hecho de que se venda AOV como AOVE sí supone un fraude, ya que los consumidores pagan de un 30 a un 40 por ciento más por un virgen extra cuando, en realidad, están adquiriendo un virgen.
En concreto, los zumos analizados que sí han demostrado cumplir con los requisitos para ser AOVE han sido Monini Granfruttato, Carapelli 100% Oro Verde Italiano, COOP, Colavita 100% italiano, Monini Classico, Fatchioni, Conad Classico, Antica Badia Eurospin, Sagra Il Classico, Costa d’Oro Extra y San Giorgo.
En el lado opuesto, han sido clasificados como vírgenes Morchia Santa Sabina, Carrefour Classico, Cirio 100% Italiano, Prima Donna Lidl, Pietro Coricelli Selezione, Bertolli Gentile, De Cecco Classico, Sasso Classico y Carapelli Il Frantoio.
Fuente: Número 2 de Il Test. Junio de 2015.
Presencia de defectos
Los resultados se han basado en dos análisis, uno organoléptico y otro químico. Tal y como recalca el estudio, se han considerado vírgenes extra los aceites en los que no se han hallado defectos y que han presentado una serie de características positivas -la media de frutado debe ser superior a cero-, puntos en los que fallan varios de los aceites analizados.
Así, los nueve aceites reclasificados presentaron cuatro atributos negativos en su sabor calificados como Atrojado/Borras -Santa Sabina, Coricelli, Crisio 100% Italiano, Frantoio Carapelli y Prima Donna Lidl-, Rancio -De Cecco Clasico, Bertolli Gentile y Carrefour Classico- y Moho/Humedad y Terra -Sasso Classico-.
En cuanto a la acidez y la presencia de peróxidos, todos los zumos analizados demostraron cumplir los requisitos para ser considerados como vírgenes extra. Sin embargo, no ocurrió lo mismo en relación a la presencia de ésteres alquílicos, un aspecto en el que varios de los aceites no cumplieron los niveles exigidos.
