Durante más de 3.000 años, el cultivo del olivo y el aceite de oliva en Grecia ha sido un activo muy valioso: El aceite de oliva se considera uno de los principales productos alimenticios en la Dieta Mediterránea, es una de las principales fuentes de ingresos para miles de personas en toda Grecia -no sólo para los productores, sino también para envasadores y muchas otras profesiones relacionadas- y se utiliza, además, como fuente de energía. Hoy día más que nunca podemos entender por qué muchos consideran el aceite de oliva “oro líquido”.
Ya en el siglo XV antes de Cristo la población de Phaistos, en Creta, conservaba el aceite de oliva en grandes vasos llamados pitharia a fin de salvaguardar sus preciados componentes nutricionales durante un largo periodo de tiempo sin necesidad de tomar precauciones adicionales.
Un poco más tarde en nuestra historia, los griegos atravesamos crisis financieras, quiebras y conquistas extranjeras. En estas circunstancias, el aceite de oliva se convirtió en un activo financiero real, casi al nivel del oro. Durante la ocupación alemana a comienzos de los años cuarenta, especialmente en Atenas, pero también en otras grandes ciudades del país, la población hubo de enfrentarse a serios problemas con el hambre llamando a su puerta y llevándose causando miles de vidas. En ese momento, aquellos que tuvieron el privilegio de disponer de un poco de aceite de oliva en realidad pudieron venderlo a precio de oro. Se cuenta que, incluso, era posible comprar un pequeño apartamento con una lata de 14 litros de aceite de oliva.
Como es de esperar, estos recuerdos están grabados en nuestra memoria colectiva y en la actualidad, en plena lucha frente a las amenazas de extorsión financiera, no es de extrañar que una mayoría sea reacia a vender cualquier cantidad de este oro líquido. Sin embargo, debemos tener en cuenta que estamos en el final de campaña de comercialización 2014/15 y las cantidades en stock son limitadas.
En cuanto a la industria de envasado griega, su mayor dificultad y amenaza en este momento es no ser capaz de suministrar todos los elementos necesarios de embalaje (botellas, tapones, etc.) que se importan del extranjero. Por otra parte, otras profesiones, como aquellos que trabajan en los laboratorios químicos, también han sufrido las consecuencias, pues la mayoría de materiales con los que trabajan diariamente son importados.
Vayamos ahora a las ventas al por mayor. En este nivel, hay dos fuentes distintas de liquidez para cualquier tipo de transacción: los distribuidores, que desean invertir sus ingresos, pero son reacios depositar su dinero en los bancos bajo la amenaza de un posible "corralito"; y el dinero procedente de los compradores italianos, que tradicionalmente adquieren cantidades significativas de aceite de oliva griego a granel, lo hacen a través de sus propios canales de venta directa con proveedores griegos.
En resumen, podemos asumir que las ventas y cualquier otra transacción en Grecia, tienen lugar en unos niveles de precios que no son representativos. La normalización del mercado también traerá precios más altos, al menos por un corto período hasta que la nueva producción de aceite de oliva de la campaña 2015/16 entre en el mercado. Además, cabe apuntar, por último, como los stocks relativamente bajos en España están empujan gradualmente los precios hacia arriba siendo posible encontrar el aceite de oliva virgen a 3,70 € / kilo (precio del barril a su salida de fábrica).
Maria Tsakou, de Axion Agrotiki.
