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Siete rutas del olivo en las que perderse este verano

Siete rutas del olivo en las que perderse este verano

Por Alfredo Briega Martín
lunes 24 de agosto de 2015, 14:40h

21/07/2015 - La creciente demanda de productos de oleoturismo ha encontrado en las rutas del olivo y el aceite de oliva uno de sus mayores atractivos. A continuación les ofrecemos en exclusiva algunas de las más bellas rutas del aceite de oliva del mundo, recogidas en el primer número de Olivatessen by Mercacei.

Hechizados por el poderoso influjo de este árbol mágico y su elixir dorado, los amantes de nuevas experiencias aprecian el valor histórico, cultural y paisajístico del olivo, sin descuidar su vertiente gastronómica y saludable. Anímense a dar un paseo por los mágicos paisajes del olivar este verano.

 

1. Rutas del Aceite de Oliva en Mallorca
(Islas Baleares)

Parte de la vida de Mallorca gira alrededor del olivo y de su fruto, el oli de Mallorca. El Camí de Muleta (Sóller), el Barranc de Biniaraix (Biniaraix), el Camí de la Font Garrover 
(Mancor de la Vall) 
y L’olivar de Coma-Sema (Orient) son las rutas propuestas por el proyecto Oleorutas Mallorca, el Arte de la Naturaleza en un itinerario a pie de casi 12 kilómetros que comienza a medio camino de la carretera que une Sóller y Deià, en la finca de Cas Avinyons. Un paseo por la Sierra de Tramuntana recorriendo las poblaciones de Es Verger, Deià,
 Port de Sóller y Sóller en el que nos topamos con las cautivadoras formas mitológicas y quiméricas de Es Camell, que recuerda -según el ángulo desde el que se mire- una serpiente ahogando una presa o un dragón chino preparado para el ataque;
 Sa Madona des Barranc (Sóller)
 -un espectacular olivo centenario de formas retorcidas-, el olivar de la Tanca de s’Atzeroler -un lugar con docenas de olivos milenarios de formas extraordinarias- o Na Flamarades (Pollença) -un singular olivo que, observado de cerca, recuerda el infierno de Dante, ya que sus llamaradas son realmente fascinantes-. Sin duda, otra manera de conocer Mallorca.

 

2. Aceite de Oliva y Olivos Milenarios del Territorio del Sénia
(Comunidad Valenciana, Cataluña y Aragón)

La Mancomunidad de la Taula del Sénia está formada por 27 municipios (15 valencianos, nueve catalanes y tres aragoneses) situados alrededor del río Sénia y del macizo de Els Ports.  En los museos naturales del Arión (Ulldecona) y Pou del Mas (La Jana), situados al lado de la antigua Vía Augusta, se pueden admirar más de medio centenar de olivos milenarios en poco más de dos hectáreas, entre ellos el más grande de Cataluña, la Farga del Arión -que supera los 8 metros de perímetro de tronco a 1,30 metros del suelo-, la Farga del Pou del Mas -con casi 8 metros de perímetro de tronco- y el Olivo de las Parejas. De visita obligada son también las áreas de Alcanar (siete olivos milenarios rodeados de vestigios históricos), Canet lo Roig (dos), Vinaròs (tres), La Sénia (tres, entre ellos un raro ejemplar por su gran hueco en la base, el olivo del Catxo), Godall (dos) y la Foia d’Ulldecona (siete). Sus tres itinerarios -Freginals-Sant Carles de la Ràpita-Ulldecona-Alcanar, con tramos de 15, 6,5 y 7 kilómetros; Santa Bàrbara-La Galera-Godall-l’Arión (Ulldecona); y Mas de Barberans-La Sénia, ambos con un recorrido de 18 kilómetros- se pueden hacer a pie o en bicicleta casi en su totalidad. 

 

3. Liguria y el virgen extra de la Riviera italiana
(Italia)

La Liguria occidental, en el noroeste de Italia, es una tierra de montañas imponentes y suaves colinas, con sus extraordinarios olivares de la variedad taggiasca cultivados en terrenos escarpados y abruptos. Precisamente desde la ciudad medieval de Taggia parte una ruta de apenas 30 kilómetros que permite descubrir el aceite de la DOP Riviera Ligure y la variedad taggiasca a través de los lugares más representativos del virgen extra de esta región: Badalucco, Montalto Ligure, Carpasio, Molini di Triora y Triora. En Badalucco se encuentra la hacienda oleícola Frantoio Roi en el edificio histórico del mismo nombre, centro de estudios de la Universidad de Ciencia Gastronómica de Pollenzo, y en Carpasio se halla el Museo de la Lavanda. Finalmente, también merecen una visita el Museo Etnográfico Rinaldo Firighelli, en Molini di Triora, que alberga el testimonio más auténtico de la vida de los agricultores y artesanos locales; y el Museo Etnográfico y de la Brujería de Triora, memoria viva de su tenebroso pasado y la mejor manera de conocer esta pequeña localidad de 380 habitantes enclavada en el Alto Valle Argentina que forma parte del circuito de los pueblos más bellos de Italia, su naturaleza, su historia y su gente.

 

4. Ruta del Aceite de Oliva de Tras-os-Montes
(Portugal)

La Ruta del Aceite de Oliva de Tras-os-Montes nace de la necesidad por parte de instituciones públicas y privadas de promover y poner en valor el territorio trasmontano a través de su más genuino embajador: el aceite de oliva. El objetivo de esta asociación sin ánimo de lucro no es otro que convertir este producto en elemento dinamizador del turismo y la economía local. Se trata de 15 rutas a lo largo de toda la región, una por cada uno de los 15 municipios implicados -Alfândega da Fé, Alijó, Bragança, Carrazeda de Ansiães, Feirxo de Espada à Cinta, Macedo de Cavaleiros, Mirandela, Mogadouro, Murça, Tabuaço, Torre de Moncorvo, Valpaços, Vila Flor, Vila Nova de Foz Côa y Vimioso- que en su conjunto integran la Ruta del Aceite de Oliva de Tras-os-Montes. En cada uno de los itinerarios se da a conocer la variedad de cultivos, las cualidades organolépticas y otros detalles que revelan la calidad del aceite de oliva trasmontano. La ruta invita a descubrir el intenso aroma de las variedades de aceituna de Tras-os-Montes -cobrançosa, verdeal, cordovil y madural-, pequeños frutos que producen un AOVE equilibrado y frutado, amargo y de intensa complejidad.

 

5. Los colores verde oliva de Istria
(Croacia)

Desde hace más de 2.000 años los agricultores istrianos han cultivado y preservado las 11 variedades de aceituna autóctonas de la península -črnica, buža, buža minuda, buža puntoža, drobnica, istarska bjelica, karbonaca, žižolera, moražola, oblica y rošinjola-, caracterizadas por su tolerancia a bajas temperaturas y de las que se obtienen aceites muy aromáticos y con una elevada proporción de ácidos grasos, a las que se han añadido otras muchas de origen italiano y la francesa picholine. Con tan sólo 1,6 millones de olivos, el virgen extra procedente de esta bella región del norte de Croacia cuyo territorio también comparten Italia y Eslovenia presume de ser uno de los más caros del mundo, con una media de 20 euros por litro. En la actualidad, nada menos que 600 de sus 200.000 habitantes son catadores de AOVE, que han contribuido a instalar toda una cultura del aceite de oliva en hoteles y restaurantes. En Istria existen siete rutas del aceite de oliva en las que 150 productores ofrecen a los visitantes su exquisito AOVE en establecimientos que disponen de sala de cata y puntos de venta, y a cuyos propietarios se les exige hablar al menos dos lenguas extranjeras.

 

6. Los aromas y sabores de la Provenza en verano
(Francia)

Con cinco Denominaciones de Origen -Nyons, Aix-en-Provence, Haute-Provence, Vallée-des-Baux y Niza-, el aceite de oliva virgen extra está muy presente en la gastronomía de esta región del sur de Francia y forma parte de sus más afamadas rutas como la de la lavanda, que permite descubrir algunos de los pueblos más bellos y pintorescos del país galo. En la localidad medieval de Nyons, por ejemplo, conocida como “le petit Nice” (la pequeña Niza), situada cerca del Mont Ventoux, el aceite de oliva es el gran protagonista, gracias a un clima excepcional que la convierte en el lugar situado más al norte de Europa dedicado al cultivo del olivo. Durante la visita a su cooperativa agrícola, el viajero podrá degustar los zumos de aceituna de la región -obtenidos de variedades autóctonas como la cailletier, tanche, picholine, bouteillan, salonenque, verdale o aglandau- y dejarse seducir por otros productos locales elaborados de manera artesanal con aceite de oliva o aceitunas, como jabones y cosméticos. Otros atractivos son el Museo del Olivo y los viejos molinos de aceite de los siglos XVIII y XIX. En Volx también merece una visita el Ecomuseo del Olivo de Olivier Baussan, un dinámico centro de exposiciones creado en 2006 que incluye proyecciones audiovisuales, herramientas interactivas y actividades sensoriales, así como una tienda en la que se pueden degustar y adquirir los mejores AOVEs y productos de la región. Por otra parte, son numerosas las fiestas y mercados que celebran los colores, aromas y esencias de la Provenza, pasando a formar parte de su patrimonio.

 

7. Cape Olive Route, los paisajes extremos del olivo
(Sudáfrica)

Situada en Western Cape, la Cape Olive Route, nacida en septiembre de 2012 como una iniciativa para educar y concienciar acerca de la cultura del aceite de oliva, promover los beneficios saludables de su consumo y mostrar el espléndido trabajo desarrollado por los productores de la zona, cubre un área de aproximadamente 4.000 kilómetros cuadrados. Son 19 las explotaciones oleícolas que forman parte de esta ruta en la que se ofrecen tours de degustación y catas de aceite de oliva. Dada la gran extensión del área a recorrer, la Cape Olive Route se divide en cuatro regiones: Paarl, Stellenbosch y Helderberg, Overberg y Breede River Valley. Así, en la región de Paarl, por ejemplo, se puede realizar la excursión denominada Gourmet Olive, Wine and CheeseTasting Tour, un recorrido que comienza en Fairview Estate, en las estribaciones de Agter Paardeberg, con degustaciones de vino, queso y aceite de oliva, ofreciendo la posibilidad de que el viajero cree su propio AOVE, y continúa en Olyvenbosch, donde el visitante además puede pasear por mágicos jardines de flores y helechos, realizar rutas de senderismo y disfrutar de un almuerzo tipo picnic. Tras atravesar el hermoso pueblo de Paarl y seguir la carretera principal más larga del país, el recorrido concluye en el sorprendente Afrikaanse Taal Monument, en la cima de las montañas Paarl, un idílico escenario que invita al paseo relajado antes de finalizar la jornada disfrutando de un té o café en el restaurante con vistas al valle en dirección a Franschoek y Stellenbosch.