La idea de City Olive, cuenta Karen, surgió tras visitar durante sus vacaciones en Italia, Francia y España “preciosas tiendas-boutique dedicadas a la venta de los mejores AOVEs del mundo”, en las que adquiría docenas de botellitas de virgen extra para regalar a familiares y amigos “que siempre quedaban encantados”. En ese momento, el aceite de oliva virgen extra en EEUU era un producto que se vendía en tiendas de comestibles reservado para ocasiones especiales, “lo cual suponía un sorprendente contraste respecto a lo que había experimentado en Europa”.
Ello, unido a su deseo de iniciar un nuevo rumbo profesional y a su mentalidad emprendedora, le animó a dar el paso de abrir su propio negocio “con un toque saludable”. Pero -reconoce Karen-, “al final, mi inspiración fue mi madre, Loraine Braccini Kolb, un maravilloso modelo a seguir que nos enseñó a perseguir nuestros sueños y a disfrutar de los pequeños placeres de la vida, como los buenos amigos, la buena comida y el buen aceite de oliva”. Su apuesta por la Dieta Mediterránea surgió cuando Karen perdió a dos miembros de su familia por enfermedades que tienen mucha menor incidencia en los países mediterráneos.
Todos los AOVEs que se comercializan en esta acogedora boutique gourmet ubicada en el corazón de Chicago -Roscoe Village- y el encantador barrio de Andersonville -en la zona norte, conocido por sus tiendas y restaurantes, donde reside Karen y su familia-, comparten el compromiso por la excelencia durante la cosecha, el envasado y el etiquetado, y “eso es lo que hace a nuestros aceites verdaderamente especiales”. Y es que, continúa Karen, “el sabor único de cada virgen extra es una expresión de la personalidad de su productor”. El objetivo no es otro que promover y educar al público -tanto chefs y entendidos como curiosos y consumidores ocasionales- acerca de los beneficios saludables de este sensacional -y a menudo ignorado- producto básico en cualquier hogar, sin olvidar sus múltiples usos culinarios, así como “disponer de una amplia gama de sabores para atraer a muchos paladares diferentes”. De ahí que todas las referencias presentes en el establecimiento puedan ser degustadas previamente, algo que Karen Rose entiende como “un compromiso con mis clientes, porque la gente necesita experimentar y comparar antes de comprar; saber que han elegido el aceite adecuado para ellos”.
En City Olive todo tipo de público es bienvenido, desde los más jóvenes -que devoran con deleite un palito de pan con virgen extra en su silla de paseo- hasta los más veteranos, que experimentan por vez primera una sesión de cata de AOVE, demostrando que nunca es tarde para rendirse a sus encantos. Su fiel clientela incluye chefs y profesionales de la restauración, vecinos, amigos, viajeros y, ocasionalmente, productores de AOVE Premium de EEUU, Europa, Sudamérica y Sudáfrica, que comparten sus conocimientos y pasión por el virgen extra con el resto de clientes.
