Lindsay Malone, del centro médico estadounidense, ha destacado que “la Dieta Mediterránea cuenta con una buena base de alimentos ricos en nutrientes que proporcionan vitaminas, minerales y fitonutrientes, que tienen un impacto positivo en el funcionamiento cognitivo, la salud del corazón, el equilibrio de azúcar en la sangre y el control de peso".
El estudio examinó los hábitos alimenticios de 2.621 adultos con 30 años, y posteriormente analizó su función cerebral 25 y 30 años después.
Los investigadores encontraron que aquellos que seguían de cerca la Dieta Mediterránea tenían un 46% menos de probabilidades de tener una función cerebral deficiente en la mediana edad que aquellos que comían otras dietas.
Según Malone, la piedra angular de la Dieta Mediterránea se centra “en la calidad de lo que estamos comiendo, en lugar de solo la cantidad”.