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La cadena agroalimentaria advierte de que no puede soportar un nuevo paro del transporte

La cadena agroalimentaria advierte de que no puede soportar un nuevo paro del transporte

jueves 23 de junio de 2022, 12:04h

Las organizaciones agrarias Asaja, COAG y UPA, Cooperativas Agro-alimentarias de España y las asociaciones empresariales FIAB, AECOC, ACES, ANGED, ASEDAS, CEDECARNE, FEDEPESCA, Hostelería de España y Marcas de Restauración, representantes de los sectores agroalimentario y de la hostelería, han advertido de que la cadena agroalimentaria no puede permitirse un nuevo paro del transporte por carretera.

Ante los anuncios relativos a la posibilidad de que se reproduzcan los incidentes que provocaron problemas en la cadena de abastecimiento de productos básicos de alimentación el pasado mes de marzo, el sector productor, la industria y la distribución alimentarias han mostrado "máxima preocupación" por las graves consecuencias que un nuevo paro podría tener sobre las empresas y sobre los consumidores.

En un comunicado conjunto, estas entidades han señalado que la cadena agroalimentaria presta un servicio esencial para abastecer de productos de alimentación a la población. Este carácter esencial, que fue reconocido durante la pandemia, supone garantizar el derecho de los ciudadanos a acceder, en todo momento, a este servicio público y de los operadores a prestarlo bajo cualquier circunstancia.

Durante estos días, el sector productor agrario se encuentra en plena campaña de fruta de verano. Gran parte de la producción española tiene como destino los mercados internacionales, por lo que han asegurado que el hecho de no poder responder a la demanda, además de manera reiterada, supone una pérdida de prestigio para el sector productor español que puede redundar en la pérdida de destinos de exportación. A su juicio, esta situación es especialmente grave en momentos de inicio de campaña con riesgo de que se tire gran parte de la producción anual de alimentos perecederos, como la fruta, con los importantes perjuicios que esto supondría.

Según han explicado, la eficiencia de la cadena hace que los productos frescos lleguen del campo a la mesa en 24 horas o menos. "Esto significa que apenas existe capacidad de almacenamiento y, al tratarse de productos perecederos, la imposibilidad de transportarlos produciría enormes pérdidas de producto; incrementándose, de este modo, el desperdicio alimentario con los efectos económicos, sociales, medioambientales y reputacionales que esto supone", han añadido.

Asimismo, han manifestado que la industria alimentaria puede sufrir paros en su actividad si los productos básicos no llegan a las fábricas e, igualmente, experimentar enormes costes derivados de la conservación de los alimentos o de su pérdida. La recuperación de la actividad normal puede extenderse durante varias semanas, prolongando, en su opinión, los problemas de desabastecimiento a la población.

Además, estas organizaciones han asegurado que la distribución alimentaria, por su parte, tiene que hacer un sobreesfuerzo de redistribución de alimentos a los puntos de venta y de reorganización del surtido disponible para no dejar desabastecida a la población. El cierre eventual de tiendas -con graves consecuencias sobre el abastecimiento, en ocasiones, a pueblos enteros-, la presión sobre los trabajadores -que deben hacer frente a situaciones de estrés por parte de los consumidores- y la dificultad para recuperar con rapidez la normalidad de suministro son otros de los efectos sobre el comercio del conjunto del país, según han precisado.

También han manifestado que después de la crisis sufrida como consecuencia de la pandemia, la hostelería, la restauración y el turismo pueden ver nuevamente amenazado su abastecimiento y, por tanto, sus negocios en plena campaña de verano, con las consecuencias que eso podría llegar a tener para la imagen de España como destino turístico nacional e internacional.

Finalmente, han subrayado que aun cuando el producto no pueda salir de las cooperativas y el funcionamiento de los negocios no pueda garantizarse, almacenistas de origen, lonjas, de las industrias o de las plataformas logísticas y todos los operadores de la cadena deben hacer frente al pago de salarios, cotizaciones, impuestos, inputs agrícolas y ganaderos, mantenimiento de sistemas de frío, etc., con pérdidas económicas millonarias.

"La cadena agroalimentaria y el conjunto de la sociedad soporta una situación muy difícil, claramente marcada por un escenario inflacionista nunca antes visto en nuestro país. En este contexto, la cadena de valor agroalimentaria está haciendo un gran esfuerzo para tratar de repercutir lo menos posible al consumidor el alza de los precios de la energía, del coste del combustible y sus derivados como los fertilizantes, del precio y la dificultad de acceso a las materias primas, de la presión fiscal y el coste regulatorio que sufre el sector, así como de los efectos del anterior paro del transporte del que algunas cadenas de suministro no han podido aún recuperarse", han resaltado.

Los firmantes han reclamado a todo el sector del transporte que no sometan a la sociedad a una nueva amenaza y que tengan en consideración la difícil situación en la que se encuentra un sector esencial, como es el agroalimentario, "que trabaja para garantizar en todo momento el abastecimiento de alimentos y de productos esenciales a toda la sociedad en cualquier rincón del país".