Dado que el consumo de aceite de oliva apenas representa el 3% de los aceites vegetales a nivel mundial, y siendo este producto bandera de Andalucía, ¿cómo cree que se podría aumentar su consumo tanto a nivel nacional como internacional?
Desde el Gobierno andaluz hemos puesto en marcha diversas campañas para impulsar el consumo de productos de calidad diferenciada en Andalucía y el aceite de oliva es uno de ellos. El objetivo es dar a conocer la excelente calidad de todos estos productos y las destacadas cualidades que posee. Tenemos una apuesta clara por la promoción del aceite de oliva andaluz, especialmente en mercados como el de Japón o Estados Unidos.
Andalucía cuenta en la actualidad con 67 figuras de calidad cuyos productos alcanzan en el mercado un valor de 500 millones de euros. Solo el valor de los vinos y aceites de oliva vírgenes extra andaluces amparados por Denominaciones de Origen Protegidas e Indicaciones Geográficas Protegidas ronda los 260 millones de euros.
El aceite de oliva es un producto de calidad y señero de nuestra Comunidad Autónoma. Es importante trabajar para buscar fórmulas que permitan generar un valor añadido en torno a este producto y consolidarlo.
Se trata de un sector estratégico para la economía de Andalucía, por lo que el respaldo e implicación del Gobierno andaluz con él es absoluto y así queda demostrado en las distintas iniciativas que hemos puesto en marcha en estos años a través de su promoción en mercados emergentes, con actuaciones de promoción del producto o con la puesta en marcha de fórmulas para que los agricultores puedan canalizar sus productos hacia nuevos mercados.
Cada vez hay más sensibilidad en la importancia de la bioeconomía en el olivar. ¿Cómo favorece la Junta de Andalucía los aprovechamientos energéticos en el sector oleícola?
Siempre hemos apostado por la sostenibilidad y, sin duda, la bioeconomía es una vía de gran utilidad para aprovechar al máximo los recursos al tiempo que se recortan gastos. La economía circular está cada vez más implantada en el sector productivo y agroindustrial del olivar, que han sido de los primeros en apostar por estas formas de aprovechamiento de subproductos. El Gobierno andaluz ya cuenta con un borrador de Ley de Economía Circular avanzado para su aprobación final que vendrá a poner más aún el acento en ello, ayudando a todos los sectores productivos. De otra parte, el Gobierno andaluz gestiona subvenciones que respaldan, por ejemplo, la modernización de explotaciones agrarias que apuestan por incorporar medios mecánicos que facilitan esta economía circular, tales como el triturado de los restos vegetales procedentes de la poda de los olivos y su posterior incorporación al suelo. De esta forma, se mejora la calidad agronómica de los suelos de las explotaciones agrícolas. Además, los agricultores que se implican en este tipo de aprovechamiento de los subproductos pueden beneficiarse de las ayudas agroambientales de la Unión Europea, que reconocen el papel de la cubierta vegetal como vía para reducir la erosión y mejorar la biodiversidad.
¿Cómo ve el futuro del sector oleícola andaluz?
El potencial de este sector es enorme. En estos años, el olivar andaluz se ha modernizado mucho para multiplicar su rentabilidad, al tiempo que conserva la riqueza cultural que supone su modo tradicional de obtención de aceite. El sector oleícola se ha abierto al mundo y está sabiendo aprovechar todas las oportunidades de negocio existentes, llegando a lugares en los que hace años era impensable encontrar este producto.
Tenemos por delante el reto de seguir llegando y ocupando nuevos mercados. Para ello, debemos seguir trabajando en el valor añadido y las distintas variantes que ofrece la industria olivarera porque somos líderes en producción, pero también debemos ser los primeros en poner en el mercado nuevas posibilidades que ayuden al fomento y evolución de este sector.
