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El padre del Nutri-Score, el hater del AOVE

El padre del Nutri-Score, el hater del AOVE

Por Pandora Peñamil Peñafiel
viernes 03 de febrero de 2023, 12:21h
Dicen que estamos hechos a imagen y semejanza de nuestros padres. Y, por suerte o por desgracia, es así. Ya que todos los humanos, hasta los peores -ejem, recordemos a Klara Hitler-, tenemos progenitores. Lo que no me esperaba yo es que un semáforo nutricional fuese a tener padre... ¡Y que encima fuese un hater del aceite de oliva!

Yo puedo entender que un algoritmo, que ni siente ni padece, otorgue una clasificación inferior a la que merece el aceite de oliva, al tener en cuenta únicamente su composición grasa. Bueeeno, puedo llegar a comprender que el algoritmo tiene fallos, que es un sistema muy reciente, que ofrece una información sesgada del producto y demás. Pero que un ser humano, aparentemente cultivado, profesor de las universidades Paris Diderot, Pierre y Marie Curie y de Kansas, autor de estudios y libros en contra de los lobbys del sector alimentario, afirme que “el aceite de oliva no puede tener la nota máxima en el Nutri-Score porque es 100% grasa” es de género tonto. No tiene otra explicación. O sí, que a monsieur Serge Hercberc, como buen francés, le gusta desayunar croissants con mantequilla y al final ha acabado vendiendo su alma al diablo de este lobby.

Para todos aquellos que todavía no entendáis mi indignación, intentaré resumir la situación. El “padre” del Nutri-Score, tal y como se le conoce en la industria alimentaria, ha concedido una entrevista a la agencia EFE en la que se ha jactado de su animadversión al aceite de oliva virgen extra, asegurando que “no es legítimo” que este alimento ostente la A en el famoso semáforo nutricional. Hablamos de un sistema que otorga la letra B a la Coca-Cola, cuyos ingredientes son: agua carbonatada, azúcar, colorante E‐150d, acidulante, ácido fosfórico, aromas naturales y aroma de cafeína. La misma letra ostenta el AOVE, cuyos ingrendientes son: 100% zumo de aceituna. Y encima parece que tenemos que dar las gracias porque comenzó en la letra C, es decir, en la categoría de “alimentos aconsejados para consumo ocasional”... ¡Una Coca-Cola al día fantástico, pero cuidado con el virgen extra! En fin.

Pero es que este señor, que dice que lee mucho en la prensa española que el sector del aceite de oliva quiere la clase A -como si eso fuese una excentricidad-, se pregunta: “¿es el sector económico el que decide cómo clasificar un producto o son los científicos?” En contestación, yo me pregunto: ¿se pueden llamar a sí mismos científicos unos señores que consideran que la Coca-Cola posee los mismos beneficios nutricionales que el AOVE?

Mire, señor Hercberc: por nosotros se puede ir usted a comer tostadas con mantequilla donde le plazca, pero déjenos en paz y revise sus conocimientos, porque debieron de quedarse en la Belle Époque.

Ahora entiendo ese refrán que decía algo así como “de tal palo... ¡menuda astilla!”