En 2050 el aceite de oliva virgen extra será percibido por los consumidores como una amplia familia de productos de gran valor, especialmente demandados por sus propiedades nutricionales y sensoriales. Existirá una mayor conciencia acerca de la importancia de que una dieta sana, elaborada con productos de alta calidad, reduce el riesgo de enfermedad y prolonga la vida. El aceite de oliva virgen extra de alta calidad, rico en antioxidantes y vitaminas, obtenido de aceitunas recolectadas ligeramente antes de su maduración, será conocido, reconocido y apreciado por sus efectos positivos para la salud.
Los productores serán conscientes y estarán informados de las técnicas de producción que deberán aplicar para obtener AOVEs de alto valor nutritivo y se sentirán tranquilos ante un mercado que sabrá apreciar estas diferencias. Las normas de etiquetado permitirán a los productores de aceites de oliva vírgenes extra de alta calidad someter sus productos al juicio de un panel de catadores reconocido, que expedirá un certificado para poder indicar de forma más completa y detallada las características sensoriales positivas de su producto en la etiqueta y en la publicidad. Las numerosas variedades de aceituna cultivadas en el mundo se conocerán por su nombre y origen, así como por las características diferenciales de los aceites extraídos de sus frutos. El consumidor habrá adquirido mucha más información sobre el auténtico valor de los vírgenes extra, sabrá conservarlos y utilizarlos con mayor conciencia y podrá apreciar y reconocer los diferentes sabores y aromas que pueden aportar a los platos.
En los restaurantes, el aceite ya no se dejará en las mesas sin vigilancia, sino que se almacenará a temperatura controlada y al abrigo de la luz, en botellas pequeñas o en monodosis, que elegirán los cocineros o propondrán en los menús para que los elijan y mariden los propios consumidores. Los AOVEs de calidad propuestos por los restaurantes deberán abonarse, al igual que sucede con las botellas de vino, y podrán degustarse después de las comidas. Los camareros habrán seguido cursos de formación y los restaurantes tendrán que exhibir certificados que garanticen que han seguido y superado dichos cursos de formación para la selección, el maridaje, la degustación y la conservación de los aceites de oliva vírgenes extra según las normas establecidas en el pliego de condiciones de producción y comercialización del producto.
En el hogar, los consumidores adquirirán el hábito de guardar en la despensa o la bodega varios AOVEs con distintos perfiles sensoriales, que mantendrán siempre frescos y al abrigo de la luz en envases pequeños, y que combinarán según los distintos platos. Cada vez serán más populares los armarios pequeños, a imagen y semejanza de las bodegas de vino, con temperatura controlada para mantener frescos e intactos los valiosos vírgenes extra. Y cada vez estará más extendida la costumbre de regalar envases de AOVE de alta calidad -con Denominación de Origen, monovarietal o ecológico- cuando tengamos una invitación a cenar o queramos hacer un regalo por un aniversario.
Por último, en los supermercados habrá zonas de exposición dedicadas a los aceites de oliva vírgenes extra de alta calidad, con iluminación y temperatura controladas para preservar sus características sensoriales.
