El acuerdo provisional alcanzado fomenta un mayor uso del etiquetado digital, al tiempo que incluye medidas para proporcionar etiquetas físicas cuando más se necesiten. El acuerdo también especifica que las etiquetas digitales estarán disponibles durante un período de diez años a partir del momento en que el producto se comercialice, según ha informado el Consejo.
A su juicio, este reglamento refuerza la digitalización del sector de los fertilizantes y, al mismo tiempo, garantiza que los agricultores y otros clientes, incluidos aquellos con competencias digitales limitadas, obtengan información clara, legible y fácil de entender para los consumidores cuando compren los productos que necesitan.
La revisión de este acto legislativo propone que los proveedores de productos fertilizantes puedan comunicar la información del etiquetado en formato físico, en formato digital o en una combinación de ambos. El texto de la Comisión plantea que se permita un formato exclusivamente digital cuando los productos fertilizantes UE se vendan sin envase o cuando se vendan a agentes económicos que no son los usuarios finales de los productos.
Los agricultores y otros consumidores de productos fertilizantes vendidos en envases seguirán teniendo acceso a etiquetas tanto digitales como físicas para la información más importante (es decir, la relativa a la protección de la salud humana y del medio ambiente, la eficiencia agronómica o el contenido). La propuesta de la Comisión determina el contenido y los requisitos tecnológicos de las etiquetas digitales. Los agentes económicos tendrán que garantizar que la etiqueta digital tenga posibilidad de búsqueda, que sea gratuita y que tenga en cuenta las necesidades de grupos vulnerables.
Principales elementos del acuerdo
El acuerdo provisional alcanzado por ambos colegisladores promueve un mayor uso del etiquetado digital para reducir los costes, la burocracia y la huella ambiental de los productores, pero garantiza que los consumidores, incluidos los grupos vulnerables o las personas con competencias digitales limitadas, dispongan de toda la información que necesitan por medios físicos.
Además, permite el uso de etiquetas digitales para los productos vendidos sin embalaje (a granel), siempre que la información de la etiqueta también se muestre en formato físico en un lugar visible en el punto de venta.
Los colegisladores han decidido ampliar la disponibilidad de etiquetas digitales a un período de diez años a partir del momento en que el producto se comercialice.
Por último, el acuerdo provisional devuelve a la etiqueta física un determinado conjunto de información sobre la eficiencia agronómica de los productos fertilizantes descritos en el anexo III del Reglamento. La Comisión estará facultada para actualizar los requisitos generales de las etiquetas digitales mediante actos delegados en el futuro.
El Consejo y el Parlamento Europeo deben ahora refrendar y adoptar formalmente el acuerdo provisional que han alcanzado.
Según el Consejo, las etiquetas digitales son QR o códigos de barras que redirigen al usuario a una página web en la que se almacena la información de la etiqueta. Las soluciones digitales reducen sustancialmente el coste del etiquetado y, al mismo tiempo, facilitan la actualización de su contenido. Además, "la cantidad y la calidad de la información que puede almacenarse en una etiqueta digital es mucho mayor que una etiqueta física, cuya legibilidad puede resultar difícil, especialmente en envases pequeños. Sin embargo, el nivel de alfabetización digital varía según los grupos sociales y las edades, y algunos grupos vulnerables pueden tener dificultades para comprender el funcionamiento de las etiquetas digitales o los dispositivos inteligentes".
En la UE, el etiquetado digital ya se utiliza para algunos productos que contienen sustancias químicas, como, por ejemplo, las pilas y baterías, y se están estudiando normas para el etiquetado digital de otros productos (por ejemplo los detergentes, los productos cosméticos y otras sustancias químicas). Se espera que la simplificación de las obligaciones de etiquetado reduzca los costes anuales en un promedio de 57.000 euros para las grandes empresas y de 4.500 euros para las pymes.
Hasta ahora, el etiquetado de los abonos estaba sujeto a los requisitos del Reglamento (UE) 2019/1009. La propuesta de la Comisión, publicada el 27 de febrero de 2023, tiene por objeto mejorar la legibilidad de las etiquetas, introduciendo la posibilidad de proporcionar información sobre el etiquetado en formato digital.
