El correcto tratamiento de la aceituna durante el cultivo, la recolección y el procesado es fundamental para mantener la calidad del AOVE. Tras la llegada de la cosecha a la almazara, la primera fase es la eliminación de residuos, hojas, ramas e impurezas tales como polvo, piedrecillas, huesos y frutos pequeños, estimándose que estos restos suponen más del 10% del peso de la carga total.
Las limpiadoras se utilizan para eliminar la hoja y la tierra de la aceituna con el fin de conseguir un excelente aceite de oliva. Desde la descarga por parte del oleicultor, que se realiza en la tolva de recepción, la aceituna pasa por la limpiadora, que consta de unas cribas vibratorias y ventiladores. A continuación, se eliminan las pequeñas ramas que hayan quedado en la despalilladora para trasladar la aceituna a la lavadora, donde se extrae la piedra y la tierra restante. Este paso, además de higienizar el fruto, permite que haya un menor desgaste del resto de la maquinaria oleícola. El proceso finaliza en la pesadora, donde se calcula la carga de la aceituna limpia en un proceso de pesaje automático por ciclos. Seguidamente la aceituna se almacena limpia y lista para proceder a la extracción del aceite. 
Algunos proveedores no le conceden la importancia suficiente a las técnicas de limpieza debido a la falsa creencia de que el lavado modifica el sabor del aceite. Aunque el proceso podría afectar a la extracción y propiedades de los aceites si no se utiliza la maquinaria adecuada, este procedimiento es necesario para preparar la aceituna. El correcto asesoramiento al personal de la almazara es fundamental para acertar en las decisiones de compra y obtener el mejor producto posible.
Por ello, el tratamiento de la aceituna ha recibido menos atención que otras prácticas en la elaboración del aceite, lo que ha provocado que los equipos de lavado no hayan evolucionado de la misma manera que el resto de maquinaria oleícola. De acuerdo con un estudio de Alfonso Montaño, responsable de proyectos de I+D+i del Centro Tecnológico Agroalimentario de Extremadura (CTAEX), las mejoras de este tipo de maquinaria son posibles de implementar en las fábricas, pero hace falta una demanda por parte del sector.
Agilidad en la respuesta, comunicación y colaboración como claves del éxito
Fundada en 1961, WEG es un fabricante de equipos eléctricos y mecánicos con presencia en más de 135 países que cuenta con una docena de centros de producción repartidos por todo el mundo y más de 33.000 empleados. Su oferta de productos y sistemas de alto rendimiento abarca diversos sectores industriales, manteniendo un constante desarrollo técnico para responder a las crecientes exigencias en los campos del rendimiento energético, las energías renovables, la sostenibilidad y la movilidad eléctrica.
Con sede en Mancha Real (Jaén), Ildefonso Rosa Ramírez-JAR fabrica maquinaria para plantas receptoras de aceituna, almendra y pistacho, y su catálogo incluye limpiadoras, lavadoras, despalilladoras, pesadoras conformes a metrología legal y separadoras de pulpa-hueso. Fundada en 1973 por Ildefonso Rosa Ramírez, hoy el negocio está regentado por la segunda generación familiar y ha cumplido 50 años, coincidiendo con el 25º aniversario de WEG Iberia.
Tras realizar el montaje e instalación de maquinaria en una de las almazaras de sus clientes, se detectó en la puesta en marcha que uno de los motores W21 de 10CV de la limpiadora debería tener una tensión de 220V en lugar de 380V debido a la inusual conexión eléctrica de la fábrica. Así, en JAR decidieron contactar de forma urgente con WEG Iberia para resolver el problema.
JAR se dirigió a su proveedor de motores eléctricos en la zona, la Delegación Sur de WEG Iberia Industrial, y en menos de 48 horas la empresa recibió un motor W21 a 220V, una respuesta en tiempo récord. Y es que esta situación coincidió con las fechas de inicio de la campaña de recolección de la aceituna y la almazara necesitaba comenzar a trabajar con las máquinas esa misma semana.
Gracias a la excelente comunicación y rápida entrega de WEG, la incidencia del cliente fue resuelta dentro de los plazos acordados, lo que evitó retraso alguno en el proceso de recolección de aceituna y en la producción de aceite de una de las principales prensas de la comarca.
El motor W21 Multimontaje fabricado por WEG está equipado con una carcasa de aluminio y patas removibles para proporcionar una gran flexibilidad y facilidad en la configuración, sin requerir mecanizado o modificaciones adicionales. Su sistema de sellado contribuye directamente al aumento de la vida útil y la confiabilidad del motor en ambientes adversos, impidiendo que ninguna materia penetre en el interior del mismo. Entre sus principales características destaca la caja de conexión, fabricada en hierro fundido y que se puede rotar en incrementos de 90º, permitiendo la conexión de los cables del motor desde cualquier dirección deseada. Asimismo, estos motores son totalmente intercambiables con los de hierro fundido.
Además de fabricar un motor adecuado para trabajar en un entorno específico, sin duda fue determinante poder cumplir con la personalización requerida por el personal de JAR y las exigencias de la almazara en cuanto a los plazos de fabricación. Como señala Sergio Romero, ingeniero técnico y responsable de compras de JAR, “nuestra empresa presta asesoramiento comercial con el apoyo técnico de WEG, desarrollando soluciones que se adaptan a las necesidades de cada proyecto. Nuestro objetivo es asegurar la durabilidad y efectividad de cada herramienta durante toda su vida útil”.
Por su parte, Javier de la Morena, responsable de grandes cuentas y Marketing de WEG Iberia, añade que “los productores de aceite de oliva son cada vez más exigentes con la maquinaria encargada de la preparación de la aceituna, como las máquinas de lavado, y reclaman la última tecnología en motores para ser competitivos en este mercado. Desde WEG ofrecemos equipos eléctricos y electro-electrónicos innovadores de gran calidad que pueden adaptarse a los requerimientos específicos de cada sector, además de asesoramiento especializado”.
