El responsable de aceite de oliva de la FCAC, Antoni Galceran, ha destacado que “la cosecha de aceite de oliva de la campaña 2022/23 se vio fuertemente afectada por dos años consecutivos de déficit de pluviometría, además de las heladas de abril de 2022 en algunas comarcas de Lleida y Tarragona y las oleadas de calor que se sucedieron desde mayo. La reducción de la cosecha fue superior al 50% respecto a la media, especialmente en las zonas de secano”.
La media histórica en la producción de aceituna en Cataluña se sitúa en 31.700 toneladas y en la campaña 2022/23 cayó hasta las 15.000 toneladas por debajo de todas las previsiones, según la FCAC.
El descenso de la cosecha, además, coincidió -según ha subrayado- con un importante incremento de costes al que tuvieron que hacer frente las cooperativas del sector del aceite de oliva.
FCAC también ha remarcado la publicación de la orden que regula las ayudas de minimis destinadas a compensar las pérdidas de las almazaras que producen y comercializan aceite afectadas por esta sequía persistente de la campaña 2022/23 y que sufrieron una pérdida de facturación como mínimo del 30% respecto a la media de las cinco campañas anteriores.
