El aceite de oliva virgen extra posee un sinfín de propiedades que requieren ser protegidas de forma meticulosa, pues sólo así se podrán conservar sus nutrientes y su sabor. Es precisamente esta labor la que recae sobre el envase, cuya finalidad es la de preservar las cualidades del producto. Para cumplir este objetivo fielmente, los elementos que conforman el envase deben estar sumamente controlados y muy bien escogidos.
Cuando hablamos de un envase para aceite de oliva, existen algunos aspectos generales a tener en cuenta. En primer lugar, éste debe ser opaco, preferentemente, y en su defecto conservarse en un lugar oscuro, donde la luz no sea habitual. Otra cuestión importante es la ventilación: el aceite de oliva virgen extra no debe estar en contacto directo con el aire, por lo que deberá contar con un buen precinto que garantice la completa estanqueidad. También hay que destacar la necesidad de una temperatura media, nunca cercana a fuentes de calor. Por último, conviene hacer especial mención a la posible oxidación del aceite si estuviera contenido en envases de metal.
Otro aspecto crucial a la hora de escoger el envase adecuado es el actual marco legal vigente en España derivado del Real Decreto de Envases y Residuos de Envases que entró en vigor a finales de 2022, lo que implica considerar sus directrices al establecer nuevos requisitos y obligaciones aplicables tanto a envasadores como a distribuidores. Esta norma, que vino a trasponer la revisión operada en 2018 (Directiva UE 2018/852) de la Directiva de Envases y Residuos de Envases y algunos aspectos pendientes de la Directiva de Plásticos de un solo Uso (Directiva UE 2019/904), también actualizó el régimen jurídico de este importante flujo de residuos a la luz de la nueva Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular.
Este texto legislativo concede especial importancia a conceptos como la prevención, la reutilización y el reciclado. Respecto a la reutilización, el Real Decreto no sólo se refiere a objetivos dirigidos al canal Horeca, sino que también se enfoca a los envases domésticos, categoría donde estaría recogido el aceite. En cuanto al reciclaje, esta norma prevé que para 2025 se recicle al menos el 65% de los envases y también establece la obligatoriedad de introducir determinados porcentajes de material reciclado en los nuevos envases que se vayan a colocar en el mercado.
A todo ello se unen las obligaciones para esclarecer la información al alcance de los consumidores. Así, en los propios envases deberá estar indicado si son o no reutilizables y cuál es el contenedor al que pertenece en el momento del deshecho. Por otra parte, queda prohibido hacer alusión al respeto del medio ambiente o cualquier similitud que pueda llevar a confusión y, por lo tanto, conducir al abandono del envase.
No obstante, resulta imprescindible también hacer referencia a la próxima entrada en vigor del Reglamento de Envases y Residuos de Envases recientemente aprobado por el Parlamento Europeo que pretende armonizar las medidas nacionales sobre la gestión de los envases y de los residuos de envases, mejorando además la calidad del medio ambiente mediante la prevención y la reducción del impacto de los envases y residuos de envase sobre el entorno. Este Reglamento también hace especial hincapié en aspectos como la reutilización, el etiquetado, la reciclabilidad, la responsabilidad ampliada del productor o la contratación pública ecológica.
También conviene mencionar tanto la resolución legislativa del Parlamento Europeo, de 23 de abril de 2024, sobre la propuesta de Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo por el que se instaura un marco para el establecimiento de requisitos de diseño ecológico aplicables a los productos sostenibles, como la Directiva (UE) 2024/825 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 28 de febrero de 2024, por la que se modifican las Directivas 2005/29/CE y 2011/83/UE en lo que se refiere al empoderamiento de los consumidores para la transición ecológica mediante una mejor protección contra las prácticas desleales y una mejor información.
A modo de conclusión
El aceite es un producto esencial para los consumidores, valorado por sus múltiples usos y beneficios. Cumplir con la normativa y adaptarse a las demandas de la sociedad permite seguir manteniendo esa estrecha relación entre consumidores y producto.
En definitiva, se puede afirmar que los cambios en materia de envases son importantes y determinantes. El sector del aceite debe adaptarse en esta materia teniendo en cuenta que la elección del envase adecuado no sólo protege la calidad del producto en cuanto a sabor y textura, también lo hace respecto a su seguridad y durabilidad.
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