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Los inversores institucionales representan ya la mitad del capital invertido en el sector agribusiness ibérico

Los inversores institucionales representan ya la mitad del capital invertido en el sector agribusiness ibérico

viernes 18 de julio de 2025, 12:55h
A pesar del contexto geopolítico incierto y el impacto de las medidas arancelarias en el comercio mundial, las perspectivas para el sector agroalimentario en la Península Ibérica son "positivas". Según CBRE, hay "apetito" por el sector y el buen arranque de 2025 apunta a una reactivación del mercado este año con el previsible cierre de transacciones que se retrasaron o pausaron el ejercicio anterior. En concreto, el informe "Iberian Agribusiness Report" de esta compañía refleja un volumen de inversión institucional hasta junio de en torno a 500 millones de euros, más de la mitad de todo lo transaccionado en 2024 a nivel ibérico. En el primer semestre de 2024 el volumen de inversión institucional fue de 400 millones de euros.

Según CBRE, si bien el año pasado se produjo un freno en la inversión por el desajuste en precios y complejidades regulatorias, el volumen total de inversión institucional en la Península Ibérica entre 2022 y 2024 ha superado los 4.100 millones de euros. Estos datos reflejan el atractivo del sector, que se caracteriza por ser menos volátil que otros activos tradicionales y alternativos. La inversión institucional en los últimos años está impulsada por atractivas rentabilidades a largo plazo y la posibilidad de desarrollar portfolios diversificados.

Una de las grandes operaciones del inicio de 2025 ha sido la desinversión del Grupo Agrihold, participado por las familias Martinavarro y Ballester, fundadores de Citri&CO, de sus activos situados en Alentejo (Portugal), con el asesoramiento de CBRE.

A su juicio, la previsión de que se materialicen operaciones pospuestas del año pasado y el ajuste en expectativas de precio entre compradores y vendedores, unido a un sector cada vez más especializado y profesionalizado, seguirá dinamizando el mercado, que cada vez cuenta con más actores involucrados.

CBRE ha analizado la tipología de inversor en los últimos años, mapeando más de 500 actores y el volumen transaccionado a nivel ibérico en el periodo 2022-2024, con más de 4.100 millones de euros. El capital institucional representa ya la mitad de la inversión en el sector agribusiness ibérico. Los fondos especializados en agribusiness, normalmente basados en EEUU, Canadá y Reino Unido, y con una perspectiva a largo plazo buscando grandes inversiones, suponen el 25% del capital invertido en este periodo. Seguidos de los fondos generalistas, que representan el 14%, los cuales buscan diversificar su cartera de inversión y están empezando a asignar capital al sector o lo aumentan progresivamente. En el caso de los family offices, concentran el 10% de la inversión con apetito por tickets pequeños y medianos.

Por su parte, los productores/comercializadores industriales, tanto de la Península Ibérica como extranjeros, suponen el 51% del capital invertido en el sector en estos años. Se caracterizan por completar su oferta con nuevas localizaciones, por ejemplo en el segmento de fruta fresca, buscando complementar sus ventanas de producción a lo largo de todo el año.

Más del 40% de las transacciones en el periodo comprendido entre 2022 y 2024 han sido de menos de 10 millones de euros, seguidas de las de entre 10-50 millones de euros, que han supuesto el 41% del total. Las de más de 100 millones de euros han representado solo un 8% del total.

Manuel Albuquerque, líder de Agribusiness para el sur de Europa (España, Portugal e Italia) en CBRE, ha explicado el atractivo del mercado ibérico que cada vez encuentra mayor diversidad de inversores. “Iberia ha alcanzado en 2024 el primer puesto en valor de producción agrícola en Europa, con cifras récord. Se trata del mercado de inversión más institucionalizado, con un atractivo creciente a nivel geoestratégico. La profesionalización del sector está favoreciendo la entrada de actores de diferentes tipologías en un mercado que cada vez es más grande. Vemos desde players industriales con exposición operativa, a inversores inmobiliarios que compran tierras para alquilar o actores financieros como private equity o fondos de deuda. Esto tiene su reflejo también en los tickets medios, que pueden ir desde los 10-50 millones de euros en el caso de los family office a superar los 100 millones de euros para fondos de pensiones internacionales. La especialización del mercado va a permitir una mejor alineación de las expectativas de precio, lo que impulsará la eficiencia en el desarrollo de las operaciones y se reflejará en una mayor actividad”, ha detallado.

En cuanto a las principales estrategias de inversión, Albuquerque ha precisado que “los inversores institucionales no sólo se fijan en la rentabilidad, sino también en el impacto sobre el capital natural. En paralelo, los propietarios enfrentan una necesidad de relievo generacional, mayor eficiencia para mejorar su competitividad. Y el cambio climático se une también como variable. Con todo esto, veremos rotación de activos, cambios en los cultivos plantados y aumento del tamaño medio de las explotaciones. Los productores locales ganan peso, sirviendo el gran mercado Europeo que es todavía deficitario en muchos de los cultivos, y existe incluso una expansión a mercados emergentes”.

“En cualquier caso, no podemos ser ajenos a factores que pueden impactar en el mercado, como son la burocracia en el desarrollo de proyectos agrícolas o las limitaciones al comercio y a las cadenas de suministro con medidas arancelarias, siendo el agribusiness un sector muy globalizado”, ha añadido.

La asignación de capital a la agroindustria crece año tras año

La sofisticación a lo largo de toda la cadena de valor del sector, una mayor especialización y elevadas rentabilidades en las últimas décadas son algunas de las claves del mercado de inversión agrícola. A nivel global, CBRE observa un aumento progresivo de los fondos levantados en el sector desde el año 2000, cuando se registraban volúmenes poco significativos, hasta los más de 200.000 millones de euros levantados acumulativamente hasta el año pasado. Se están diversificando estrategias y a pesar de que el private equity versátil sigue liderando el levantamiento de capital, los fondos Farmland siguen de cerca, y los venture capital y fondos AgTech están tomando posiciones.

La región con mayor número de fondos e importe recaudado hasta hoy es Norteamérica, pero seguida de Europa donde el ticket medio por fondo es más alto (300 millones de euros aproximadamente). Albuquerque ha comentado que “seguiremos viendo una asignación creciente de capital a la agroindustria como tipología de activo menos volátil y anticíclica, y un papel cada vez más destacado de Europa frente a otras regiones para diversificar el riesgo”.

Diversidad de cultivos

Los volúmenes transaccionados a nivel ibérico evidencian cómo el sur de Europa se está consolidando como una región estratégica para el desarrollo del sector agribusiness. El informe de CBRE detalla que es una de las pocas zonas del mundo donde se puede invertir en cultivos de alto valor en un entorno atractivo de menor volatilidad, buenas rentabilidades y riesgos soportables. El agua es un elemento esencial. El 20% de las tierras arables son de regadío en Iberia e Italia frente al apenas 5% que suponen en el resto de Europa. Otros factores como el clima, la calidad de las tierras o el tamaño de las fincas convierten a la Península Ibérica e Italia en una oportunidad atractiva y real de inversión en el sector. Se trata de un mercado muy intensivo en capital y tecnología y que registra un fuerte incremento de la productividad laboral.

Según el informe de CBRE, los cereales en grano y el olivar son los cultivos con mayor superficie plantada en la Península Ibérica, con alrededor de 5.900.000 ha y 3.000.000 ha, respectivamente. En el caso de los frutos secos (almendras, pistachos, nueces...), en el periodo entre 2013-2023, la superficie cultivada ha crecido en casi 300.000 ha. En el último año, ha aumentado la superficie dedicada a aceitunas y frutos secos (pistachos en España y almendras en Portugal) y se ha reducido la de viñedos. En España, se dedica menos superficie a los cítricos, mientras que en Portugal gana importancia el aguacate.

Respecto a los precios, en la mayoría de los productos han fluctuado considerablemente, sobre todo en el aceite de oliva, con bajadas del 55% en los últimos doce meses, y las almendras, con incrementos del 69%.

Los precios de la tierra agrícola difieren entre las regiones

Tras cinco años de subidas generalizadas de los precios del suelo, la compañía observa una tendencia a la estabilización en las regiones con mercados más consolidados. No obstante, determinadas zonas de España, como el norte de Cáceres, Aragón y el secano gaditano, junto con la región portuguesa de Ribatejo, siguen registrando subidas de precios superiores al 10%. En su opinión, factores como la pendiente, el clima, la calidad del suelo y, sobre todo, la disponibilidad de agua influyen en las variaciones de precios.

Sin embargo, siguen proporcionando un potencial de revalorización claro a largo plazo, debido a que la oferta de suelo de regadío está limitada y es un activo escaso, necesario y que no deprecia. CBRE espera que la moderación de los movimientos de precios a corto plazo conlleve a un alineamiento entre compradores y vendedores en 2025.