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Un futuro prometedor

Un futuro prometedor

Por José Miguel Herrero Velasco
Director General de la Industria Alimentaria. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación

Actualmente, España se enorgullece de ser el principal productor y exportador mundial de aceite de oliva, una posición que implica la enorme responsabilidad de preservar, cuidar y fomentar la calidad de este preciado líquido. El sector del aceite de oliva en nuestro país no sólo desempeña un papel crucial en términos económicos, sino que también contribuye de manera vital al ámbito social y comercial, generando empleo y añadiendo un valor significativo a la producción agraria.

Al proyectar nuestra mirada hacia el año 2050, vislumbro que España seguirá liderando el mercado mundial de aceite de oliva. En ese horizonte temporal, se espera un notable aumento en la demanda global de este aceite, que será completamente sostenible y prácticamente todo ecológico, bajo regulaciones específicas para este tipo de producción. En cuanto a la calidad, se convertirá en un logro indiscutible y fuera de debate, destacando el protagonismo del concepto de salud. El aceite de oliva virgen extra, con una amplia variedad de opciones, se integrará plenamente en el ámbito de la nutricosmética como la grasa más saludable.

En términos de producción, coexistirán el olivar tradicional, caracterizado por un sello identificativo único, y el sistema superintensivo, que se enfocará en mejoras genéticas para optimizar el uso del agua. La estructura de la propiedad empresarial se habrá concentrado significativamente, con pocas empresas operando en este último sistema de producción.

A nivel internacional, la consolidación exportadora del sector agroalimentario español, incluido el aceite de oliva, lo posicionará como uno de los alimentos más exportados en 2050. La presencia de sellos de calidad diferenciada será aún más marcada, siendo reconocidos a nivel internacional como impulsores clave de las exportaciones.

En 2050 confío en que el aceite de oliva mantendrá su papel hegemónico en la Dieta Mediterránea, reconocida como uno de los modelos nutricionales más saludables y designada por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

En resumen, el futuro del sector del olivar y del aceite de oliva en España se presenta prometedor. Para lograrlo, se requerirá una combinación estratégica de promoción, calidad diferenciada y adaptación a las demandas del consumidor, con un enfoque particular en temas de salud, asegurando así su prominencia en la escena global hasta 2050.