Si la primera mitad del siglo estuvo caracterizada por las dos guerras mundiales (1914-1918 y 1939-1945), le siguieron la Guerra de Malvinas, la del Golfo, Corea y Los Balcanes, por no hablar de las guerras civiles (la española incluida) y demás conflictos armados que activaron y detonaron la primera bomba nuclear de la historia.No se puede discutir a Al Pacino que, definitivamente, el XX pareciese el siglo del infierno, como tampoco se le podría poner en duda que afirmase lo mismo del XXI. Encender la televisión y ver el telediario es como vivir en directo una película de terror de la que no se puede escapar antes de que finalicen los créditos. Si alguna vez aparece una noticia esperanzadora lo más probable es que pensemos que se trata del anuncio de un nuevo dentífrico.Sin embargo, ha ocurrido. Entre atentados, odio y horror, ha nacido Olive Oil Without Borders (OOWB), que podría traducirse como Aceite de oliva sin fronteras, una iniciativa creada por la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID), el Programa de Desarrollo de Naciones Unidas, Human Concern International y World Food Program, con el objetivo de dotar económicamente a los olivareros de Israel y Palestina para que puedan seguir viviendo de este sector y no se vean condenados a arrancar sus olivos, como ha venido ocurriendo en los últimos años.Por ahora, el proyecto OOWB cuenta con una financiación de alrededor de 1.200.000 dólares, que espera repartir en los próximos tres años entre 2.000 palestinos e israelíes que trabajarán en el negocio oleícola.Los agricultores que trabajan en esta iniciativa destacan que este "movimiento unificador" ha logrado triplicar la producción de los olivos, mejorar significativamente la calidad y pureza de su aceite de oliva y, como consecuencia, los ingresos han sido más provechosos.Pero es que el proyecto ha fortalecido mucho más que los lazos económicos. Uno de los campesinos israelíes asegura que fue una experiencia muy poderosa el sentarse cara a cara con un agricultor palestino. "Me dijo, con lágrimas en los ojos, que su huerto fue quemado la noche anterior por los colonos israelíes. ¿Cómo puedes dormir por la noche?, me preguntó. Le dije que no muy bien. Ese fue el desafío más grande para mí: ser un representante de Israel en aquel momento".Es una gran oportunidad para devolver al olivo el papel conciliador que siempre tuvo. De hecho, el 70% de los participantes en el proyecto OOWB asegura que la cooperación económica ayuda a construir nuevos esfuerzos de reconciliación entre las dos partes. Que así sea, y que nosotros lo veamos.