Silencio, se rueda. Estas palabras resuenan en medio de la secuencia que se está grabando en una localización que no ha sido elegida al azar. Se trata de un olivar en Castellón, en la comarca del Bajo Maestrazgo, y es casi tan protagonista como los propios actores de El Olivo, la última película de la directora de cine Iciar Bollaín.