Quedamos con él a eso de las 12. Es una mañana fría de un otoño adelantado. Madrid y su asfalto gris no perdonan y comienza a llover. Nos refugiamos en el restaurante de su hermana Mónica, famoso por sus Croquetas Jamón Jamón y sus Huevos de Oro Estrellados, títulos de sus primeras películas españolas. Repaso las preguntas para que no se me olviden en el cara a cara. El ejercicio resulta en vano. Entra Javier y las preguntas las hace él. “¿Habéis llegado bien?. No parece que hable Bardem, sino Javier, tu vecino de siempre, el que llamaba al telefonillo para bajar al parque.
Intento darle la vuelta a la tortilla y ponerme al mando.
Javier, así en frío, ¿qué significa para ti el aceite de oliva virgen extra?
Uf, para mí... significa la casa, el hogar, la raíz. Sólo escucharlo me evoca mi casa, la familia. Es un sentimiento casi patrio, pues la patria está en uno mismo, en lo que cada uno siente por su hogar. Simboliza la identidad, algo muy español, muy nuestro.
Bueno, perdona, siéntate y cuéntame, ¿tienes alguna memoria de cómo se cocinaba en tu casa o recuerdas algún plato que te gustase especialmente relacionado con el aceite de oliva?
Pues claro, esa sartén llena de aceite rico calentito, con las patatitas, ¡es un momento mágico! Recuerdo esa sensación, cuando era pequeño, de ver la sartén caliente, y me atraía más el baño de aceite hirviendo que las patatas en sí. Se producía en mí una sensación de deseo y miedo al mismo tiempo. Pero cuando eres niño, lo que parece peligroso es lo que más te gusta y eso me incitaba casi a ir y meter la mano en la sartén (ríe divertido, probablemente ha vuelto a poner la misma cara que cuando miraba aquella sartén).
Aunque en mi casa hemos sido mucho de ensaladas. Me acuerdo de las peleas que teníamos siempre con el aceite y el vinagre, porque a mí me gusta mucho el aceite y muy poco el vinagre. Es más, a día de hoy me he acostumbrado a tomar las ensaladas bañadas solamente con aceite de oliva y sal. Me gusta tanto el sabor de un buen AOVE que no lo quiero “tapar” con el vinagre.
Sabemos que por tu trabajo viajas mucho y residirás, según el tiempo que duran los rodajes, en países y ciudades diferentes. ¿En qué sitio has disfrutado más con su gastronomía y su cocina?
Uno tiene que estar muy abierto a probar las diferentes artes culinarias, porque es cierto que el paladar está hecho a ciertas cosas y más si tienes la oportunidad de viajar mucho. En España tenemos una tendencia bastante sana a comer productos muy naturales. Comemos muchas verduras, pescados, carnes… todo muy de la tierra en el sentido vegetal y animal.
Creo que en otros países tienden a realizar mezclas que a mí, personalmente, no me agradan demasiado. Aunque las agradezco ¡sobre todo cuando tengo mucha hambre! (pone gestos como si fuese a devorar algo gigante). Pero el sentido de satisfacción de sentarse y comer es un valor que potencia la Dieta Mediterránea y que practican todos los países mediterráneos, aquellos que comparten la cultura del placer en la mesa, donde no sólo es protagonista el alimento en sí, sino cómo se ingiere.
Aparte de eso, cuando llego a casa y he pasado tiempo fuera, es verdad que el aceite de oliva es una de las cosas que me devuelven a la realidad, a mi pequeño mundo. El paladar se despierta, reconoce y, como decía antes, sugiere y produce una serie de emociones, de sentimientos, de imágenes y de recuerdos.
En el tiempo que resides en EEUU, en ciudades como Los Ángeles, ¿compras aceite de oliva?
Tengo grandes amigos en Estados Unidos y siempre, en cualquier ocasión, como su cumpleaños, un trabajo que les ha salido bien, el nacimiento de un hijo, intento enviarles desde España aceite de oliva, jamón y queso, pues pienso que es el mejor regalo que puedo hacerle a alguien que no viva aquí.
Ahora, por fin, he encontrado en Los Ángeles un sitio que importa productos españoles y “me pongo las botas”, porque ahí sí que puedo comprar aceite de oliva, queso, jamón, pan, anchoas, pimientos, y la verdad es que son los regalos más celebrados. ¡Aunque también compro para mí! A veces cuando llevo mucho tiempo allí necesito algo que morder y saborear (me coge el brazo con ímpetu, “hey, que lo necesito para escribir”, digo entre risas).
Y, por supuesto, el aceite de oliva es primordial. Muchos alimentos, si no se bañan en ese aceite, no saben igual de bien. Fíjate en un trozo de pan mojado en aceite, con tomate y jamón... al probarlo, los estadounidenses se quedan maravillados. Es nuestro caviar. El aceite de oliva es el caviar español.
¡Vaya! Eso ha sido toda una declaración de intenciones. ¿Y encuentras marcas españolas en las tiendas estadounidenses o hay que ir a establecimientos gourmet para conseguirlas?
Definitivamente hay que ir a la tienda gourmet para conseguirlas. El consumidor profano que no entiende a fondo del tema, no relaciona el aceite de oliva como algo español, y a mí eso me da rabia. Es el sentimiento del que hablaba antes de las raíces, de la cultura. Uno está muy orgulloso de lo suyo, de lo que se produce en su tierra, y quiere que se conozca y valore como se merece.
Y a todo esto, ¿te gusta cocinar?
Me gustaría pero no tengo la paciencia de aprender, algo que me da mucha pena, sobre todo cuando viajo tanto. Pero es que soy muy básico (nos reímos, aunque pone cara de decirlo de verdad). Para mí un huevo frito con patatas y jamón es algo maravilloso, indescriptible. ¡Y eso sí que lo se hacer!
Bueno, vamos a ponernos serios... A ver ¿tú cómo utilizas el aceite de oliva? ¿Con qué criterio lo compras? ¿Según la zona, DOP, variedad…?
Me fijo, y es imprescindible que sea virgen extra. Me gusta el aceite de variedades intensas, con mucho aroma y sabor rotundo, que complemente y acentúe la esencia de cada alimento. Siempre me gusta quedarme con el regustillo tras haber comido, con ese bálsamo en el paladar que aporta el AOVE. Yo, que no soy un entendido, lo que sí hago es preguntar a los que saben. Tengo un amigo muy conocedor que me recomendó un aceite increíble y me lo terminé en dos días a base de pan (¡nos lo creemos!).
¿Sabías que España es el primer productor mundial de aceite de oliva, con unos vírgenes extra de altísimo nivel? A pesar de ello, internacionalmente se conocen más los aceites italianos, por ejemplo. ¿Crees que el asociar un producto tan español a la imagen de un actor como tú contribuiría a promocionar el aceite de oliva español?
Puede ser que un famoso tenga mayor eco mediático, pero más allá de eso, creo que la calidad de la cocina española se vende sola. No es extraño que al mencionar España fuera de nuestro país, escuches decir a gente que está deseando venir o que, de hecho, ya han estado aquí recientemente, solo para disfrutar de su comida. En ese sentido, creo que España es un país muy amable, muy orgulloso de sus productos, que los saben vender muy bien aquí y que se refieren a ellos constantemente. La persona que lo disfruta sale de este país con una idea muy acertada de la identidad culinaria española, de la importancia que tiene, y de la diferencia abismal con otros países.
Puede que una estrella de cine acerque el AOVE a aquellas personas que no lo conocen, pero es el momento en el que lo pruebas, en el sitio correcto y con las personas adecuadas, cuando de pronto te da el “subidón” y te enamora.
Totalmente de acuerdo. De hecho hasta ahora lo cool y lo que estaba de moda era entender de vino. Sin embargo, desde hace un tiempo, lo sofisticado es saber de aceite de oliva virgen extra y regalarlo, como antes se podía hacer con un buen vino. Entre los actores, ¿se nota esta tendencia?
Sí que sigue existiendo esa cultura de llevar vino a una reunión social a la que estás invitado y, por supuesto, los vinos españoles son los mejor acogidos. Aunque es verdad que el aceite se está abriendo camino en estas ocasiones. Un virgen extra se aprecia como algo extraordinario y de un valor supremo, en primer lugar por lo exquisito, y también por la dificultad de hallarlo.
Y así, sin más, se levanta para coger a su sobrino en brazos y darle un regalo que llevaba en la maleta desde hacía meses, cuando fue su cumpleaños. Entre rodaje y rodaje no tiene tiempo para casi nada y la familia es lo primero para él. Luego, cuando nos vayamos, seguro que se preparan unos buenos huevos fritos con AOVE y se los comen todos juntos. Nos encantaría verle mojar pan pero mejor lo dejamos para el próximo estreno.
¡Este es uno de los protagonistas del I Maratón de Celebrities del AOVE! ¿Te lo estás perdiendo? Suscríbete a nuestro boletín diario para engancharte. Cada hora, una celebrity hablando de AOVE. Pincha aquí para suscribirte.
*Prohibida la reproducción total o parcial de este texto y de sus fotografías, sin autorización escrita de MERCACEI.