Y es que este informe -realizado por Teodoro Amat de Swert, bajo la supervisión de la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Panamá- destaca que por el lado de la oferta, dado que no existe producción local de aceite de oliva, la totalidad del consumo se cubre con importaciones. En este sentido, su evolución ha sido “muy positiva” durante el período 2012-2015 (aumento del 39%) especialmente desde 2013, cuando entró en vigor el Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea (UE) y Centroamérica y 2014, con la apreciación del dólar americano.
Según este estudio, los principales beneficiarios de estas circunstancias han sido España e Italia, con cuotas del 58% y el 36%, respectivamente en 2015, en detrimento de Estados Unidos (4%).
El consumidor panameño promedio de aceite de oliva pertenece a la clase media-alta y realiza sus compras de productos alimentarios en establecimientos de la distribución moderna (supermercado, hipermercado o Cash & Carry) y ocasionalmente en tiendas gourmet.
Asimismo, en Panamá, el aceite de oliva es empleado exclusivamente como ingrediente culinario, mayoritariamente como aliño de ensaladas. Según el estudio, debido a su elevado precio no se usa habitualmente para freír y tampoco tiene mucho uso en masas de repostería, salsas, macerados o marinados.
En el caso del canal Horeca, el consumo de este producto está aumentando debido al crecimiento demográfico de la capital (1,6 millones de habitantes y responsable del 80% del PIB); aumento de la colonia extranjera y empresas establecidas en Panamá; la fortaleza del dólar americano desde 2015; y el turismo.
No obstante, los aceites más empleados en hostelería son los vegetales: canola y maíz. Únicamente restaurantes de cierta categoría presentan el aceite de oliva en aceiteras y/o lo emplean, por un lado como aliño/condimento de ensaladas, y por otro como ingrediente en una variedad más amplia de salsas/platos de cocina internacional.
Aunque España es tradicionalmente el principal origen del aceite importado por Panamá, el consumidor final no concede apenas importancia al origen en su decisión de compra, siendo el precio el factor decisorio principal, según el informe, que subraya que la fuerte penetración del producto español se debe a la existencia de lazos comerciales antiguos y muy duraderos entre distribuidores panameños y productores españoles, apoyados por la fuerte concentración de la distribución y las habituales condiciones de exclusividad de los contratos de representación.