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Un informe apunta que el aceite de oliva necesita una norma de calidad que garantice su autenticidad, realce su valor y asegure su futuro

Un informe apunta que el aceite de oliva necesita una norma de calidad que garantice su autenticidad, realce su valor y asegure su futuro

jueves 04 de octubre de 2018, 14:21h

El Segundo Informe sobre el Sector del Aceite elaborado por el Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada concluye que el aceite de oliva necesita una norma de calidad única, que permita eliminar el fraude que se produce en su elaboración y comercialización, le proporcione valor añadido y asegure su futuro.

La unificación de las normas de calidad es vital para dar valor al aceite de oliva y asegurar la viabilidad de todo el entramado agrícola, industrial, comercial y social que existe a su alrededor, señala el informe del Instituto.

En su opinión, “el aceite de oliva es un producto muy regulado en sus diferentes variedades, pero no tiene una norma homogénea de calidad que permita establecer cuáles son los estándares que debe superar el producto y cuáles son las prácticas irregulares o fraudulentas que no se pueden admitir. Todo ello teniendo en cuenta los avances tecnológicos de los que se ha dotado el sector y el progreso que se ha producido en calidades y elaboraciones, con un amplio espectro de elementos organolépticos y variedades de aceituna que hay en el mercado”.

Para este instituto, la homogeneización de las normas de calidad debe extenderse al proceso de cata, esencial para determinar anomalías o defectos que afectan a la clasificación de los aceites y a su vida en el mercado.

“Lo cierto -dice el Instituto Coordenadas en su informe- es que la falta de unificación en las normas de calidad y de controles eficientes es una ventana por donde pueden entrar prácticas poco transparentes que generan confusión al consumidor, dañan la imagen del producto y reducen su valor, y se favorece que en muchos mercados internacionales el aceite de oliva queda clasificado en el genérico de grasas”.

La combinación entre la volatilidad en los precios, el alto componente del coste de la materia prima en el producto final y las diferentes regulaciones de calidad, provoca que el aceite de oliva sea un sector que esté sujeto a prácticas irregulares o poco ortodoxas.

El vicepresidente ejecutivo del Instituto Coordenadas, Jesús Sánchez Lambás, ha señalado que “es imperativo dar valor al aceite de oliva, ya que en nuestro primer informe señalamos la banalización del producto como elemento de máximo riesgo”. “Ahora señalamos que sin una norma de calidad estricta que erradique el fraude y dé confianza al mercado el aceite de oliva y todo lo que representa en España está condenado a arrastrarse entre la desconfianza del consumidor y el pague uno y lleve tres, que lo llevan al abismo”, ha resaltado.