El eterno

Los Roca no han vivido ajenos a la dura realidad que nos ha tocado atravesar desde el pasado mes de marzo. Han pasado por un ERTE para garantizar el sueldo a las 140 personas que trabajan en los negocios que gestionan -El Celler de Can Roca, Can Roca, Rocambolesc, Mas Marroch y Casa Cacao- y han aprovechado este periodo de cuarentena para pensar y reflexionar sobre lo que hacían pero, sobre todo, acerca de lo que harán en el futuro. Con una pequeña reforma y sutiles cambios en el espacio, los hermanos Roca han reabierto, por fin, las puertas de su Celler con un menú que, según los críticos, viaja por los platos icónicos de la casa y las últimas creaciones. Un oasis de felicidad en una realidad repleta de persianas bajadas que no volverán a abrir.

Tan sólo en el mes de julio, España perdió 9.530 millones de gasto y 7,4 millones de turistas. Una crisis sin precedentes que no parece tener fin, teniendo en cuenta los pronósticos de nuevos contagios y hospitalización, así como las medidas que se van a implementar de nuevo en Comunidades Autónomas como Madrid. De nuevo restricciones, la vida por fases, el miedo a un nuevo confinamiento y, como trasfondo, la irresponsabilidad de los ciudadanos. Asistimos a imágenes de chavales sin mascarilla celebrando fiestas en la calle, a manifestaciones negacionistas sin guardar las distancias de seguridad... y a la mirada atónita e impotente de sanitarios, restauradores, hoteleros y demás cuidadanos que sí estamos intentando salir de una vez por todas de esta triste hiperrealidad en la que nos hemos instalado.

Nos enfrentamos también a la campaña más incierta de todas las que hemos vivido hasta la fecha. A falta de pocas semanas para que comience la recolección y molturación de la aceituna, el sector pide medidas concretas que les proporcionen una cierta seguridad a la hora de salir al campo y elaborar los aceites de la nueva campaña. En abril se aprobó un Real Decreto-ley que favorecía la contratación temporal de trabajadores en el sector agrario mediante el establecimiento de medidas extraordinarias de flexibilización del empleo para asegurar el mantenimiento de la actividad agraria. Sin embargo, este periodo finalizaba el 30 de junio, algo que ha denunciado el presidente de la Diputación de Jaén, Francisco Reyes, quien ha solicitado al Gobierno que este decreto se extienda para que los trabajadores de Jaén puedan percibir el subsidio y, al mismo tiempo, trabajar en la aceituna.

No nos queda más remedio que esperar a ver si, por fin, concecen prioridad a un sector fundamental para la agricultura de este país. Porque sin turismo, sin restauración y sin aceite de oliva, nos enfrentamos a un panorama realmente desolador.

El eterno

Mercacei Semanal 1.198