“Contamos con los mejores profesionales para prestar una amplia cartera de servicios que contribuyan al desarrollo de la producción ecológica española dentro y fuera de nuestras fronteras”, ha destacado el director gerente de la entidad, Juan Manuel Sánchez.
Sánchez ha asegurado que en 2020 la entidad avanzó en el desarrollo de nuevos servicios que permitirán a los operadores del sector ecológico posicionar sus productos en nuevos mercados, tales como la certificación JAS para Japón, la de COSMOS para cosmética o la de insumos UNE y "en este nuevo año vamos a seguir haciéndolo con nuevos alcances, para contribuir al desarrollo del sector”.
La formación del sector será otro de los objetivos de CAAE el año de su aniversario. En este sentido, el director gerente de la entidad ha adelantado que en los próximos meses “lanzaremos la segunda edición del curso de calificación de auditores para la norma UE de producción ecológica, que tendrá como objetivo formar a los participantes en los conocimientos y destrezas necesarias para poder desempeñar su labor profesional desarrollando y dirigiendo con éxito auditorías de acuerdo con los requisitos de las normas en vigor para la certificación UE”.
Por último, Sánchez ha indicado que el cambio climático y sus consecuencias “suponen uno de los grandes retos de la sociedad. La pérdida de biodiversidad, los fenómenos climáticos extremos y las migraciones humanas, son solo algunas de las consecuencias de este proceso".
Ante esta situación, cree que el sector agroalimentario debe liderar los cambios asumiendo los retos que la sociedad le plantea, siendo parte activa de la solución. A su juicio, la estrategia "De la Granja a la Mesa" de la Comisión Europea pone de manifiesto algunas de las preocupaciones de la sociedad y de la comunidad científica.
"Todos los temas que en dicha estrategia se abordan: el cambio climático, el uso excesivo de antimicrobianos, así como de fitosanitarios y fertilizantes, especialmente nitrogenados y fosforados, tan relacionados con la pérdida de calidad de aguas subterráneas y superficiales, pero también el bienestar animal, encuentran en la producción ecológica una respuesta reglada. Ésta otorga un marco de garantía para los consumidores, pero también para la cadena agroalimentaria dotando a dichos productos, además, de un valor diferenciador que tiene su reflejo en el precio que los consumidores están dispuestos a pagar por estos productos”, ha recalcado.
